El experto hizo énfasis en que todas estas observaciones se hacen con el fin de evitar una intoxicación, puesto que los animales son susceptibles de contaminarse con este tipo de sustancias.   “Hay que estar muy pendiente de los síntomas por este tipo de intoxicaciones, que pueden ir desde tensión muscular hasta vómitos. Pero el signo más evidente es ver a un animal convulsionando”, precisó Rojas. (Lea: Brote de Spodoptera afecta a miles de ganaderos en el país)   En cuanto se presente una reacción, se debe utilizar el sulfato de atropina, el principal antídoto contra este principio activo, que se suministra por vía intravenosa o intramuscular. En tanto que la dosis de plaguicida puede variar debido al grado de contaminación por parásitos, la dosis de sulfato es 0.04 mg por cada kilogramo de peso.   No obstante, el experto manifestó que la gran mayoría de plaguicidas organofosforados que se aplican en baño manejan dosis de 1 ml por cada litro de agua.   De otro lado, puesto que los organofosforados también se emplean en cultivos y en pastos, el médico veterinario aconsejó a los ganaderos tener cuidado de donde pastan sus animales. (Blog: Producción de fertilizantes naturales a partir de deyecciones animales)   Finalmente, Rojas insistió en que al ser una sustancia tan tóxica, los organofosforados deben ser aplicados o, al menos, orientados por un médico veterinario, sobre todo si se hace necesario el suministro de sulfato de atropina por vía intravenosa.