Un parto en un lugar inadecuado, un ombligo mal curado o algún traumatismo durante el parto, son algunas de las causas que generan la inflamación de las patas traseras y delanteras de las crías. Conozca qué hacer en caso de que se presente una situación de esta índole.   Son muchos los cuidados que se deben tener a la hora de que nazca una cría, especialmente en aspectos como el lugar en el que va a dar a luz la madre, ya que esas horas siguientes al parto son esenciales para que el nuevo integrante del hato crezca sano y esté en las mejores condiciones.   Sin embargo, hay un fenómeno que puede presentarse y poner en riesgo la salud del ternero: se trata de las inflamaciones de las extremidades, un problema que puede tener varias causas y que de no tratarse con la mayor celeridad posible, puede poner en riesgo la vida del animal. (Lea: Conozca los tipos de inflamaciones que atacan al ganado bovino)   Un ombligo mal curado, un parto traumático o alguna infección respiratoria pueden desencadenar la hinchazón de las patas delanteras y traseras del semoviente, por eso es esencial atacar el problema de raíz y buscar la asesoría de un médico veterinario en caso de que se presente la enfermedad.   Michael Rúa Franco, zootecnista de la Universidad de Antioquia, especialista en Nutrición Animal de la U.D.C.A., indicó que las inflamaciones artríticas se presentan debido a una infección que pudo haber ingresado al cuerpo de la cría a través de la boca o la respiración; ese es otro factor de riesgo al que se exponen los ejemplares que no nacen en los lugares adecuados. (Lea: Esto es lo que usted debe saber sobre la pododermatitis)   Un ombligo mal curado se infecta y conlleva a ese tipo de inflamaciones artríticas. Incluso ese tipo de hinchazones puede darse como consecuencia de infecciones que pueden haber entrado por otras vías, por ejemplo, boca o a través de la respiración.   Recomendó atacar el problema de raíz, es decir, identificar tras una inspección que debe hacer un médico veterinario, la razón que llevó a que el ternero se inflame, para que a partir de ese dictamen se suministren algunos antibióticos aunque no es lo ideal, para tratar de revertir esos cuadros que no son sencillos de sortear.   “Es un asunto que implica muchísimo cuidado porque si día a día el animal se inflama más, se le ponen calientes (fiebre) las extremidades y si hay dolor al tacto, son síntomas que indican que el problema está empeorando y puede desencadenar efectos colaterales como la disminución en el consumo de alimentos, alteraciones en la frecuencia cardiaca, malestar general y en casos extremos el animal podría morir”, argumentó el experto. (Lea: Soluciones para evitar las pérdidas por cojeras en bovinos)   Sin embargo, en aras de prevenir tal situación, Rúa Franco les recomendó a los productores tener un potrero específico para que allí las vacas tengan sus partos. Lo ideal es que el recinto sea cerca a la casa de los dueños o los empleados para que cuando llegue el momento de nacimiento estén al tanto, lo vigilen, limpien de inmediato y se haga la respectiva curación del ombligo.   “Es necesario observar atentamente los movimientos de la cría, especialmente que se ponga de pie en los 15 o 30 minutos posteriores al alumbramiento, ya que de lo contrario hay que estimularlo para que lo haga. Lo mismo con el calostro, hay que dárselo a beber cuanto antes”, amplió.   El experto dijo que un parto traumático y con exceso de fuerza o una caída violenta también puede ser peligroso y ocasionar inflamaciones, por eso es esencial estar atento al momento del nacimiento para sortear ese tipo de eventos.  (Lea: 70 enfermedades pueden afectar las patas del bovino)