A la hora de ayudar en el alumbramiento, principalmente en los partos distócicos, los ganaderos o trabajadores pueden cometer errores que pueden ocasionar graves problemas tanto para la madre como para la cría, más aún si están acostumbrados a forzar el nacimiento sin tener precauciones.

César Augusto Gómez Velásquez, médico veterinario y magíster en Ciencias Veterinarias, explicó que los productores deben determinar en qué momento deben atender el parto. (Lea: Lo que sucede antes, durante y después del parto de la vaca)

“Uno de los errores más frecuentes es intervenir en el proceso sin necesidad. Por ejemplo, la vaca empezó con sus contracciones y salen las bolsas de agua, pero el operario las rompe. Eso es gravísimo porque al romperlas, se pierde la tensión del cérvix y puede evitar que se dilate”, dijo.

En efecto, durante la tercera fase del parto, que es la fase de dilatación, aparecen 2 bolsas: una de color verde oscuro y otra de color café claro, que contienen líquido alantoideo y líquido amniótico, pero que comúnmente se conocen como bolsas de agua.

Estas permiten la dilatación del cérvix a medida que aumentan las contracciones para permitir la salida del feto. Así pues, cuando el trabajador hace mucha fuerza, puede rasgar estos contenedores. (Lea: 7 estrategias para asistir el parto de una vaca)

“El segundo error es coger las patas del feto y halarlo violentamente. Hay que destinar un buen tiempo para hacerlo, con qué se va a hacer, cómo se va a halar. Por lo general, uno trata de hacer un movimiento de U invertida, porque el feto está en el abdomen y debe pasar por el canal de parto”, precisó Gómez.

El experto señaló que ha presenciado costumbres extremas entre los productores del campo, que intentan sacar al animal tirando de las cuerdas o cadenas obstétricas amarrándolas a un árbol, a un caballo o incluso de vehículos motorizados.

Estos métodos pueden ser extremadamente violentos y maltratar tanto a madre como a la cría. Según manifestó, la fuerza que una bovina emplea para expulsar al ternero equivale a la de 2 o 3 personas. (Lea: Los 9 signos externos de una vaca próxima al parto)

“El tercer error es utilizar instrumentos que no estén previamente desinfectados y esterilizados, como son los lazos obstétricos”, sostuvo Gómez, recalcando que estos materiales solamente deben estar destinados a esta tarea y no a ninguna otra.

Finalmente, aclaró que este tipo de asistencia no requiere la presencia del médico veterinario, pues los trabajadores que estén capacitados son capaces de realizar la labor a la perfección. Sin embargo, si el parto se complica y se requiere una cesárea, se debe llamar al profesional de inmediato.