Para establecer la alta calidad del semen del toro y su productividad, el toro es sometido a procesos de colecta de su semen, ya sea en campo o en una central de inseminación artificial, tal como se explica en el Manual de procedimientos para la colecta y criopreservación de semen bovino realizado por German Dario Villamizar Guerrero.

El manual explica que para la selección del toro se deben tener en cuentas ciertas características como el manejo sanitario, la evaluación física, un manejo adecuado de la colecta y crio preservación y un excelente manejo nutricional.

Los animales que ingresan al programa de colecta y crio preservación de semen son toros que son sometidos anteriormente a una rigurosa selección en los hatos, con el objetivo de escoger bovinos que muestren una gran superioridad genética y con valiosos atributos de producción, porque en estos cae la enorme responsabilidad de establecer el futuro de la raza y el mejoramiento del hato, como se dice en el manual.

El proceso suele iniciar retirando el exceso de pelos del prepucio y realizando un lavado de la región externa con agua y jabón para después continuar con un lavado interno prepucial que permite sacar todos los residuos sólidos. Por lo que una vez se lleven a cabo estos procesos, se tiene un toro listo para la colecta.

“Debemos tener un fantoma que puede ser una vaca en celo, que es usualmente en lo que la mayoría de lugares se está usando. Sin embargo, también podemos tener fantomas de otro estilo que nos permita realizar la colecta”, expone Pérez Montenegro.

Este fantoma debe corresponder al tamaño del toro, pues por ejemplo si se tiene un macho de 700-800 kg, la vaca o elemento a utilizar debe resistir más de ese peso.

En palabras de Pérez Montenegro, “lo otro es que es un procedimiento muy rápido entonces debe haber destreza por parte del profesional que lo va a colectar, por lo tanto, debe estar muy atento. Hay un salto en el momento de la colecta, que puede llegar a pisar al profesional por lo que se recomienda que usen botas con punta de acero”.

El semen recolectado puede ser destinado para inseminación directa a unas vacas ya seleccionadas y sincronizadas o se congela, pero para este último se debe contar con un laboratorio y un esquema de bioseguridad e higiene que evite que luego de finalizar la colecta se contamine el semen a causa de alteraciones medioambientales.

“Si se contamina corremos varios riesgos. Lo primero es que el procedimiento de congelación no quede bien porque la mutualidad por descongelación y la supervivencia de los espermatozoides de altere, y lo segundo es que el semen contaminado pueda generar infecciones intrauterinas en las vacas”, describe Pérez Montenegro.

Colectar muestras de semen para inseminación inmediata o congelación es una decisión que se toma con la seguridad que se hará con un toro genéticamente y productivamente superior, que cuente además con una óptima nutrición. (Lea: Así se realiza el proceso de congelar semen bovino)

Según Pérez Montenegro, “si tenemos animales que no tienen buena nutrición, entonces seguramente la calidad baja y la expresión de todo lo que esperamos no va a ser la misma”.

Hay que resaltar que cada vez que se realice una colecta, el semen debe disolverse inmediatamente en diluyente, con el fin de preservar la viabilidad de los espermatozoides, pues entre más tiempo pase sin poderse diluir, el semen activaría ciertos radicales o sustancias que irían en detrimento de la calidad.