En su artículo, Raúl Botero y Ricardo O. Russo, de la Escuela de Agricultura de la Región Tropical Húmeda, detallaron algunas opciones para el establecimiento de bancos forrajeros con arbustos fijadores de nitrógeno (AFN) y los resultados que se han obtenido.
Los bancos forrajeros son áreas compactas, cercanas a las instalaciones de alimentación de los animales, destinadas exclusivamente a la producción de forrajes de alta calidad y volumen, para su utilización en la suplementación del ganado, bien sea bajo corte o bajo pastoreo.
Si el banco forrajero se establece exclusivamente con AFN, el nitrógeno fijan y que podría ser aprovechado por otras especies forrajeras, asociadas dentro del mismo banco, es finalmente utilizado por especies vegetales no deseadas en el sitio (malezas).
Por ello, uno de los componentes más apropiados, en mezcla o como cobertura de los bancos forrajeros, son las gramíneas, sean ellas utilizadas para corte como caña de azúcar, king grass, elefante, etc., o para pastoreo, como estrella, guinea, brachiarias, etc.
Así pues, los AFN serían el banco de proteína, en tanto que las especies que no fijan nitrógeno, pero que si lo demandan en alta cantidad, como las mencionadas, serían el banco de energía. (Lea: ¿Por qué son claves los bancos forrajeros en la alimentación del ganado?)
Esto permite incluir, en líneas alternas, otras especies herbáceas, arbustivas y/o arbóreas de alta calidad forrajera, que son consumidas por los animales. La mezcla de especies dentro del banco forrajero crea una alta biodiversidad que reduce el ataque de plagas y enfermedades.
Resultados obtenidos con bancos forrajeros
La siembra de AFN por semilla sexual es más conveniente que su propagación mediante estacas, debido a que el vigor, la tolerancia al corte, al pastoreo y a la sequía, la sobrevivencia y el potencial productivo son mayores en las leñosas provenientes de semilla sexual.
En un estudio realizado en el CIAT, evaluaron la calidad del forraje de varias especies de leguminosas arbustivas plantadas en suelos ácidos (pH 4,0 a 4,5 y saturación de aluminio mayor del 85 %). (Blog: Árboles que fijan el nitrógeno ayudan a los bosques tropicales)
El estudio mostró que las especies evaluadas, tales como Cratylia argentea y Desmodium velutinum, tuvieron una media a alta digestibilidad in vitro de la materia seca (DIVMS) y un alto contenido de proteína cruda. La DIVMS medida en el forraje de los AFN está entre 40 al 80 %.
El picado del forraje arbóreo reduce el desperdicio al ofrecerlo a los animales en comederos, estimula el consumo y destruye las espinas presentes en las hojas y tallos de algunos árboles. El oreo adicional al picado permite la volatilización de sustancias que reducen su palatabilidad.
Aunque se incrementa sensiblemente el desperdicio del forraje para consumo, pero no para el reciclaje de nutrimentos al suelo, una forma práctica del oreo consiste en podar los AFN y dejar su follaje sobre el suelo, para que sea consumido directamente por los animales en pastoreo.
El deshoje de las ramas directamente en los árboles demanda mano de obra y se dejan de usar los tallos verdes como forraje. La corteza de las ramas verdes tiene mayor calidad nutritiva que las hojas, por lo que los animales descortecen algunos árboles durante el pastoreo.
En la ceba de ganado bovino confinado en fincas en Valle del Cauca (Colombia), se han logrado promedios de ganancia de peso de 850 g/animal/día, con forrajes arbóreos para llevar machos enteros de 200 a 450 Kg de peso vivo con máximo 24 meses de edad al sacrificio.
En sistema doble propósito, se usó el forraje arbóreo de pízamo (E. fusca) como suplemento artesanal en mezcla para vacas F1 (holstein x cebú) en pastoreo intensivo en silvopasturas. (Lea: 7 acciones a tener en cuenta en el manejo de los bancos forrajeros mixtos)
En la dieta se empleó aceite crudo de palma africana, convertido por cal en jabón cálcico como fuente de energía sobrepasante, y la melaza de caña para mejorar la palatabilidad y haciendo posible la disponibilidad a nivel intestinal de la proteína sobrepasante del forraje arbóreo.
A tres grupos de 9 vacas lactantes, que poseían cada uno 3 vacas con menos de 100 días, 3 con 100 a 200 días y 3 con más de 200 días de lactancia, se ofrecieron dos niveles de consumo del suplemento artesanal contra un concentrado convencional a base de granos con 16% de PC.
La producción de leche del grupo de vacas que consumió 4 kg/vaca/día del concentrado convencional (tratamiento I) fue similar a la del grupo de vacas que consumió 4 kg del suplemento artesanal con forraje arbóreo, aceite de palma, cal y melaza (tratamiento II).
Si bien los costos de la suplementación con 4 kg de concentrado o con 8 kg del suplemento fueron iguales, las vacas del grupo 3 produjeron 0.6 kg adicionales de leche/día. (Lea: ¿Cómo contribuyen las interacciones en sistemas agroforestales a una producción sostenible?)
Los resultados de producción obtenidos mediante la suplementación con forrajes arbóreos permiten confirmar que para lograr altas tasas de ganancia de peso y niveles de producción de leche de moderados a altos, la demanda por aminoácidos esenciales es mayor a la que pueden suministrar los microorganismos muertos, que se reemplazan y salen continuamente del rumen hacia el abomaso, aun cuando la fermentación ruminal sea optimizada.
Esto quiere decir que se necesitan suplementos con proteína sobrepasante para lograr maximizar el consumo voluntario y obtener así el potencial real de producción con rumiantes.