Como indicamos en una entrega anterior, la salud intestinal hace referencia al nivel de absorción de los nutrientes así como a la contención de patógenos dentro del tracto digestivo. Cuando este último aspecto falla, el bovino se puede contagiar con patógenos que afectan su sistema respiratorio.
Según un artículo de la Extensión Penn State, cada porción del tracto digestivo debe tener una barrera segura para mantener a los microbios dentro del tracto. Una barrera fuerte puede denominarse buena salud intestinal.
Cuando la barrera es débil, los microbios o patógenos pueden salir del tracto digestivo y entrar en el torrente sanguíneo, lo que puede causar numerosas enfermedades. (Lea: ¿Por qué es importante la salud intestinal de los animales en la finca?)
El estrés animal afecta negativamente a la barrera intestinal, permitiendo que los patógenos invadan. Además de comprometerse la salud intestinal, pueden presentarse enfermedades como laminitis, abscesos hepáticos, neumonía intersticial aguda e inflamación.
Si bien mantener la salud del rumen es clave para el éxito de la producción, hay más en el tracto digestivo del ganado que solo el rumen. Todo el tracto digestivo de principio a fin debe estar en perfecto estado para evitar que los patógenos en el alimento se escapen de este.
El tracto intestinal (intestinos grueso y delgado) tiene solo una capa de células que protege al cuerpo del contenido intestinal, en comparación con las múltiples capas de protección en el rumen. (Lea: Así podría presentarse la acidosis del intestino grueso en sus bovinos)
Por lo tanto, depende en gran medida del sistema inmunológico para protegerlo de patógenos invasores, utilizando energía que de otro modo destinaría para su desempeño. Entre los patógenos que puede afectar la barrera están salmonella, cryptosporidium (cripto) y E. coli.
Una vez que ocurre el daño, se abre un camino para otras bacterias, toxinas y patógenos, lo que hace que el animal sea susceptible a enfermedades. La prevención, en combinación con estrategias de alimentación adecuadas, puede mejorar la salud animal más allá del intestino.
¿Cómo se evita el debilitamiento de la barrera intestinal?
La mitigación incluye minimizar los períodos de estrés, asegurándose de tener un manejo correcto del ganado. Una restricción alimentaria a corto plazo puede tener efectos negativos en la salud intestinal y, por lo tanto, permitir que los patógenos escapen y causen enfermedades.
La acidosis ocurre cuando el ganado se alimenta con dietas ricas en cereales o fermentadas rápidamente, lo que provoca una caída del pH en el tracto digestivo. La caída del pH puede hacer que la barrera intestinal se debilite, por lo que una transición adecuada de la alimentación ayudará a mantener la salud intestinal.
Una buena regla general es mantener a los animales cómodos. Los cambios rápidos o el calor o frío extremos pueden alterar el estado de salud intestinal, provocando enfermedades y pérdidas económicas. (Lea: Conozca las causas del Complejo Respiratorio Bovino)
¿Cómo se relaciona la salud intestinal con las enfermedades respiratorias?
Estas enfermedades pueden estar relacionadas con el tracto respiratorio. Investigadores han demostrado que el cuerpo se comunica a través del tejido linfático. El sistema linfático es parte del sistema inmunológico y ayuda a evitar que los patógenos invasores causen enfermedades.
El líquido dentro del sistema linfático se puede utilizar como una vía para que los patógenos se muevan de un lugar del cuerpo a otro. Si un patógeno no se detiene en el sistema linfático, estos patógenos pueden residir en otros lugares del cuerpo.
Más específicamente, el tejido linfático del intestino puede comunicarse con el tejido linfático de los pulmones. Por lo tanto, los patógenos del intestino pueden llegar a los pulmones a través de este sistema y causar enfermedades respiratorias.
En este sentido, el portal Early Feed Nutrition precisó que los problemas respiratorios en terneros ocurren entre las 5 y las 25 semanas de edad, especialmente el complejo respiratorio bovino (CRB) que causa una alta mortalidad y morbilidad en esta fase.
A su vez, esto resulta en un menor crecimiento y, en última instancia, conduce a un menor rendimiento en el futuro, por el daño irreversible que puede causar en los pulmones. Si bien no parece que tuviera relación con la salud intestinal, señala que “nada es menos cierto”.
Se ha hecho cada vez más evidente que no solo los trastornos intestinales pueden tener manifestaciones pulmonares, sino también viceversa. Esto se debe a que estos dos compartimentos están interconectados a través del llamado “eje intestino-pulmón”.
El tracto gastrointestinal y los pulmones se comunican entre sí, pues si la barrera se daña, bacterias, endotoxinas y citocinas inflamatorias pueden ingresar al torrente sanguíneo. A través de esta ruta, estas moléculas perjudiciales pueden llegar a los pulmones y causar daños.
Muchos estudios sugieren un papel importante del eje intestino-pulmón y destacan la necesidad de integridad de la salud intestinal. Los terneros que padecen problemas intestinales en sus primeros años de vida serán más susceptibles a infecciones pulmonares más adelante.
Por ello, es extremadamente importante centrarse en la salud intestinal, que está determinada en gran medida por la calidad del alimento que se les da a los terneros.