La infestación por garrapatas en bovinos deja innumerables pérdidas tanto de origen económico como por la cantidad de problemas que trae consigo esta situación. Conozca algunas de las dificultades que mencionan los expertos.
Antonio Betancourt, médico veterinario y zootecnia de la Universidad de Caldas con maestría en Parasitología y veterinaria, indica en una conferencia de Fedegán que “desde siempre han manejado el problema de la garrapata con el uso sistemático, regular, frecuente de compuestos químicos garrapaticidas o acaricidas”. Ese enfoque de control químico trae muchos prejuicios que apenas en la actualidad se están analizando y cuidando. (Lea: Esta es la garrapata que tiene mayor impacto en la ganadería)
Problemas asociados con control químico
Altos costos: Mientras más frecuente es la presencia de estos animales, más costoso es controlarlas. Esto no solo por lo que cuesta el producto químico y la mano de obra, sino también por el descarte de leche.
Quimiorresistencia: “Es obvio que con mayor frecuencia a la que se somete la garrapata a la presión de los químicos, el proceso de individuos resistentes se hace más intenso y además su espectro se amplia”, menciona Betancourt.
Ruptura de estabilidad enzoótica para hemoparásitos: “En las zonas bajas y cálidas, donde hay mucha presencia de garrapatas y moscas, hay muchos quien transmitan los hemoparásitos. Allí los terneros nacen con anticuerpos que son pasados la mamá en el calostro, durando dos o tres meses. Pero mientras tanto estos terneros están siendo inoculados todos los días por los agentes productores de garrapatas”, explica Betancourt.
En estas condiciones se establece una condición enzoótica, es decir un equilibrio entre el bovino, la garrapata y el hospedero, llegando a que se presente poca enfermedad clínica. (Lea: No existe un remedio “mágico” para eliminar garrapatas, hay opciones viables en manos de productores)
“En zonas altas o medias, donde hay menos quien transmita, son muy pocos los animales de determinada edad que llegan con anticuerpos. Entonces son bovinos totalmente susceptibles a cualquier infestación con garrapatas y por eso la enfermedad les da muy duro”, menciona Betancourt.
Residuos de pesticidas en leche y en carne: De acuerdo con el profesional esta situación tiene dos connotaciones, debido a que puede limitar el acceso a mercados donde el consumidor es mucho más exigente.
“Hay otra connotación y es la salud pública, debemos preguntarnos si estamos haciendo ese uso y abuso de los químicos y también tener claro qué nos estamos tomando y comiendo nosotros”, agrega Betancourt. (Lea: El uso y abuso de medicamentos en la ganadería)
Contaminación ambiental: Hay que tener presente que no importa cuántas precauciones se tomen cuando se están preparando o aplicando un químico para control de garrapata, igual se termina contaminando el ambiente con la nebulización.
Exposición del operario a tóxicos: Debido a que las personas están expuestas a los pesticidas y esto puede afectar su salud.