A pesar de que se han adelantado investigaciones que permiten mejorar la calidad del alimento para suministrar al animal, es difícil elevar la eficiencia dentro de su organismo por los distintos procesos metabólicos. Un experto dio pistas sobre qué indicadores intervienen en la eficiencia.

La eficiencia en la utilización del alimento se mide comparando la cantidad de comida ingerida convertida en ganancia de peso o producción de leche. (Lea: Informe: Las fórmulas para calcular la cantidad de materia seca)

Por ejemplo, una conversión 7:1 se refiere a que el bovino necesita consumir 7 kg de alimento para aumentar un kg de peso, que también se puede expresar en g de ganancia de peso sobre kg de alimento: 143 g /kg de alimento (1/7).

En su artículo “Eficiencia de utilización del alimento en vacunos” publicado en la revista Visión Rural de Argentina, el ingeniero agrónomo Óscar N. Di Marco explicó que existen varios niveles para encontrar variaciones en la eficiencia alimenticia.

El experto elaboró una lista, comenzando por los mecanismos más gruesos hasta los más finos, entre los cuales están los siguientes:

1. Consumo
2. Digestión
3. Actividad voluntaria
4. Composición corporal
5. Metabolismo tisular
6. Eventos celulares
7. Procesos en la mitocondria.

Con base en los datos del congreso “Mejorando la eficiencia de utilización del alimento por animales”, llevado a cabo en Australia en 2004, Di Marco aseguró que los primeros 4 mecanismos explican el 33% de las variaciones en eficiencia.

Las diferencias por la composición corporal y actividad explican cada una el 5 % de las variaciones en eficiencia y las diferencias en digestión el 14 %, por lo que es poco lo que se puede hacer en estos niveles. (Lea: Así se calcula la eficiencia alimenticia en vacas lecheras)

En cambio, sostuvo que las grandes diferencias que explican el 67% de las variaciones en eficiencia se encuentran a nivel de los mecanismos que controlan la producción de calor o gasto de energía, que son los procesos metabólicos que ocurren en tejidos, células y mitocondrias (los 3 últimos).

Al nivel de tejidos, están el recambio proteico (reemplazo constante de proteínas) y el peso del tejido visceral, a nivel celular el transporte de iones sodio-potasio, y en las mitocondrias, los desacoples energéticos.

Cuando los 3 primeros (recambio proteico, peso y transporte de iones) se intensifican porque demandan ATP (energía), producen calor, lo que se traduce en una disminución de la eficiencia. (Lea: ¿De qué se trata el Consumo Residual de Alimento o Residual Feed Intake?)

Así pues, los animales que expresan altos niveles de producción con bajos consumos, esto es, demuestran un alto nivel de eficiencia, ahorran energía en estos eventos metabólicos, evitando un gasto innecesario de energía.

Finalmente, el experto concluyó que para lograr animales más económicos en términos energéticos, hay que modificar “el motor”, lo cual implica disminuir el turnover proteico, el peso del tejido visceral, el tranporte de Na/K en las membranas celulares y evitar la pérdida de poder reductor en las mitocondrias.