David Giraldo Arana y Luis Fernando Uribe Velásquez, escribe en una investigación para la Universidad de Caldas, que, el consumo deficiente de energía, proteína, vitaminas y micro-macro minerales está asociado con un rendimiento reproductivo sub-óptimo, y el balance de energía es probablemente el factor nutricional más importante relacionado con una pobre función reproductiva en el ganado. (Lea: Cuidados de las vacas para un manejo posparto sin estrés )
Los autores dicen que los factores más importantes que afectan la viabilidad financiera de la ganadería de carne son la producción y la nutrición, teniendo en cuenta que el principal objetivo de los sistemas de producción de cría es la obtención durante el periodo de un año una cría, por consiguiente, el rendimiento reproductivo del hato determina la eficiencia total de la operación del sistema de cría.
Existen fallas reproductivas que tienen una interacción directa con la nutrición, y estas pueden ser categorizadas en referencia con dos momentos:
Falla reproductiva pre-ovulatoria, con posible influencia nutricional sobre el tiempo de retorno al resto
Falla reproductiva post-ovulatoria, donde la nutrición influye en la fertilización o supervivencia embrionaria y, por consiguiente, en la tasa de concepción.
Condición corporal en el postparto
El periodo postparto es una etapa crítica en el sistema productivo de cría, caracterizado por una pérdida progresiva de condición corporal durante su inicio. Esto es debido al aumento agudo de gasto energético en la producción de leche para su cría, además del consumo restringido de materia seca, lo que lleva al animal a un estado de balance energético negativo.
El estado de condición corporal varía mucho durante todo el ciclo productivo de una vaca, encontrándose periodos donde los requerimientos energéticos superan la cantidad que el animal es capaz o el ambiente le permite consumir.
De igual manera, existen periodos en los cuales la situación es contraria, permitiéndole al animal almacenar energía en forma de depósitos grasos, que posteriormente se pueden utilizar.
La marcada diferencia entre el ingreso y el gasto de energía, que se presenta en el postparto se hace evidente en los cambios tanto del peso como de la condición corporal, y varía a medida que la producción de leche aumenta y la bioquímica del tejido adiposo cambia, permitiendo el uso de la energía almacenada durante el preparto en forma de grasa, que durante el postparto es una fuente de energía fundamental. (Lea: Las vacas requieren restaurar su balance en el posparto)
La nutrición adecuada es crítica para obtener una función reproductiva exitosa, por lo que un consumo inadecuado de energía y una pobre condición corporal suelen afectan negativamente la función reproductiva.
La suplementación grasa en vacas postparto es una alternativa efectiva para incrementar la densidad energética de la dieta y mejorar el comportamiento productivo y reproductivo de las vacas de carne. Un programa adecuado de suplementación energética garantiza el mantenimiento de una condición corporal adecuada en el postparto, lo que permite obtener una reanudación de la ciclicidad ovárica temprana y una mejora en el desempeño reproductivo del hato.
Cuando se incluye grasa en la dieta de rumiantes, el principal objetivo es incrementar la concentración de energía de la ración y, de esta forma, asegurar el rendimiento del animal, debido a que la alta densidad energética de las grasas permite mejorar la producción, el crecimiento y la reproducción del ganado.
Los autores afirman que los animales que consumen suplementos grasos durante su postparto presentan tasas de preñez superiores en el siguiente ciclo, además que el incremento del consumo de energía en la postparto mejora la tasa de preñez del primer estro postparto.