De acuerdo con Nathanael Dominici, gerente de Cambio Climático de la iniciativa Better Cotton, la «compensación de carbono» es una práctica mediante la cual se realiza una reducción o eliminación de las emisiones de gases de efecto invernadero para compensar las emisiones creadas en otros lugares.
«A través de este mecanismo, las empresas frecuentemente compensan sus emisiones comprando créditos de una organización que está implementando proyectos climáticos que generan créditos certificados, por ejemplo a través de la reforestación», anotó.
Pero en los últimos tiempos ha surgido un término «más común en el discurso climático» que es la «inserción de carbono». Como indicó, se refiere a las «intervenciones que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero dentro de las propias cadenas de valor de una empresa».
Mientras que la inserción y la compensación son similares en el sentido de que promueven acciones para reducir el impacto de las emisiones de GEI en el mundo, la diferencia está en los métodos para hacerlo. (Lea en CONtexto ganadero: Inscríbase en el primer proyecto de carbono de ganadería regenerativa)
De este modo, la compensación es una actividad que hace una empresa para compensar las emisiones nocivas que no están vinculadas a la fuente original de las emanaciones de GEI (el experto puso como ejemplo una aerolínea europea que paga créditos para financiar la reforestación en Sudamérica).
Eric Barker escribió para el portal Beef Central que con la compensación, el carbono se ha convertido en una commodity como cualquier otra (ganado o cereales) y las empresas ahora compran bonos de carbono para compensar sus emisiones, como una cadena de supermercado que los adquiere para vender su carne como carbono neutral.
Por el contrario, si una empresa o una ganadería decide hacer inserción, los bonos de carbono nunca ingresarán al mercado abierto y, en cambio, se utilizarán para equilibrar las emisiones generadas en esa granja. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca cómo avanza el proyecto de carbono de ganadería regenerativa en Colombia)
«Hay muchos factores que contribuyen a la huella de una granja, incluido el uso de vehículos y maquinaria y el metano expulsado por el ganado. Entonces, si los créditos de carbono permanecen en la granja, esas emisiones pueden reducirse de manera efectiva», anotó.
La mayoría de las reglas de contabilidad de carbono significan que los créditos de carbono solo se pueden usar una vez, por lo que si un agricultor vende un crédito de carbono a una planta de energía, la planta de energía posee el crédito y el granjero no puede reclamar la reducción de emisiones en la comercialización de otros productos.
Al respecto, Dominici señaló que «a través de la inserción, las empresas pueden asociarse con partes interesadas clave en sus cadenas de valor para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a los objetivos de mitigación del cambio climático».
¿La inserción y la compensación son mutuamente excluyentes?
Según la cofundadora de Carbon Farmers of Australia, Louisa Kiely, citada por Barker, «si la granja tiene un tamaño razonable, tiene algunas plantaciones de árboles y es ganadero, su huella de carbono es relativamente baja y su capacidad para obtener créditos de carbono es alta, existe la posibilidad de hacer ambas cosas (inserción y compensación)».