Ante el incremento en los costos de producción vale la pena revisar aspectos que pueden significar un aumento en el valor de la leche producida, o por el contrario, la reducción del valor de venta. Uno de ellos es la composición de la leche y en especial el contenido y composición de la grasa, que significa la obtención de premios o castigos.
El síndrome de depresión de grasa láctea (SDGL) es un fenómeno observado en vacas lactantes, con mayor frecuencia en estabulación, y se caracteriza por reducir hasta en 50 % el contenido de grasa en leche y ácidos grasos (AG), principalmente de cadena corta y media, aspecto no benéfico para la industria lechera porque reduce el rendimiento de derivados lácteos.
Así lo plantea el doctor en ciencias de la Institución de Enseñanza e Investigación en Ciencias Agrícolas de México, Lorenzo Danilo Granados Rivera, en un trabajo donde indica que el síndrome “es provocado por el isómero trans-10, cis-12 del ácido linoleico conjugado que inhibe coordinadamente la expresión génica de enzimas lipogénicas en la glándula mamaria”.
En un trabajo de investigación se hizo la evaluación del efecto de la adición de ácido palmítico en dieta para vacas en lactancia en la disminución de la grasa en leche provocado por el isómero t10, encontrando que es posible reducir el síndrome de depresión de grasa láctea con la inclusión de ácido palmítico en la dieta.
Según un artículo publicado en la revista mexicana de ciencias pecuarias, diversas teorías explican la presencia del SDGL, siendo la biohidrogenación la mejor sustentada, donde establece que baja proporción de fibra detergente neutro o alta inclusión de ácidos grasos (AG) insaturados en la dieta de vacas lactantes, propician alteraciones en la biohidrogenación ruminal.
Ello da origen a mayor producción de AG trans, que inhiben enzimas necesarias para la síntesis de AG en la glándula mamaria. El isómero trans-10, cis-12 ALC es uno de los principales responsables de la presencia del SDGL, cuyo mecanismo de acción no es claro aún, pero se sabe que dicho isómero suprime factores de transcripción que regulan la síntesis de grasa en leche.
Entre tanto, el especialista en nutrición de rumiantes del Grupo Nutec, Luis Ricardo Pérez García, en un articulo en el portal ganadería.com, la grasa es un componente de la leche formado por alrededor de 400 diferentes ácidos grasos que tienen diferente origen. El 50 – 55 % del total de los mismos son de cadena larga preformados, de los cuales 40 – 45 % provienen de la dieta y 10 % de Ácidos Grasos No esterificados (NEFA) que provienen de grasa corporal movilizada y que son transportados a la ubre vía sanguínea, principalmente ácido esteárico.
La cantidad de NEFA ́se incrementa durante periodos de balance energético negativo como en el inicio de la lactancia y durante los primeros 60 días en producción. El otro 45 – 50 % de los ácidos grasos son sintetizados de nuevo por las células epiteliales en la glándula mamaria e incluye ácidos grasos de cadena corta y media. Un caso particular es el ácido palmítico, de cadena larga, que puede tener ambos orígenes; puede provenir de la dieta, pero también es sintetizado en la glándula mamaria.
Factores que inciden
Entre los factores nutricionales que inciden, esta la cantidad y tamaño de fibra de la dieta; cantidad, tipo y tasa de fermentación de carbohidratos; tamaño de partículas; contenido de energía; cantidad, tipo y disponibilidad de la grasa. Igualmente, inclusión de buferizantes y de ionóforos en la dieta; presencia de micotoxinas en el alimento; y, manejo de la alimentación (forma de la dieta, frecuencia, espacio de comedero). (Lea en CONtexto ganadero: Conozca porqué la grasa de la leche es benéfica para la salud humana)
Por su parte, entre los factores no nutricionales se encuentra la genética / raza; etapa de la lactancia; temporada del año y clima: temperatura y humedad; densidad poblacional; y, presencia de mastitis. Así mismo, concentraciones bajas de grasa en leche durante tres días consecutivos de pesaje pueden considerarse como indicativo de que existe un problema de depresión de grasa.
MFD es un fenómeno más complejo que se presenta como el resultado de la interacción de la fermentación ruminal y el metabolismo de la glándula mamaria. Involucra cambios en el metabolismo de ácidos grasos insaturados a nivel ruminal y la producción de metabolitos intermedios que pasan del rumen hacia el intestino y al ser absorbidos llegan a la ubre vía sanguínea, reduciendo la síntesis de ácidos grasos en la glándula mamaria.
Para disminuir el riesgo de MFD el manejo de la alimentación debe enfocarse en controlar y limitar la acumulación de ácidos grasos insaturados en rumen y en estabilizar el ambiente ruminal para maximizar la eficiencia de los procesos de hidrólisis y biohidrogenación, evitando cambios que ocasionen alteraciones de la población microbiana y del proceso de fermentación ruminal normal.