En el establecimiento de la leucaena existe una fase de viveros en el que producen las plántulas para su posterior trasplante al lote. En CONtexto ganadero, le explicamos qué se debe tener en cuenta para tener estos viveros.
En el establecimiento se utilizan bolsas plásticas, como las que normalmente usan en los almácigos de café o bolsas un poco más altas, buena tierra preferiblemente mezclada con algún abono orgánico conformado por gallinaza, estiércol de los corrales y en cada una de ellas se depositan 3 o 4 semillas. (Lea: Los viveros hacen más productiva la ganadería bovina)
Con este sistema se disminuyen los riesgos de establecimiento pues se plantan en el lote árboles de 25 a 40 centímetros que tendrá una mayor capacidad de soportar las inclemencias del clima y se facilita el control de malezas.
Una desventaja de este sistema es el costo de la fase de vivero que en fincas con poca experiencia en este tipo de actividades, puede hacer que el costo de cada plántula producida sea exorbitante, es decir, hay que recordar que se está hablando de 10 mil o más plántulas por hectárea.
El vivero debe estar lo más próximo posible al lote que se piensa establecer, preferiblemente dentro del mismo lote.
En este momento, un proceso muy importante para la siembra es la inoculación de las semillas, procedimiento que consiste en mezclar las semillas con bacterias Rhizobium específicas para leucaena. Son estas bacterias las que permiten obtener un sistema muy productivo sin necesidad de acudir a fertilizantes nitrogenados como la urea.
Al mismo tiempo, en que se desarrollan las plantas en el vivero se debe preparar el lote o potrero en el que se establecerá la leucaena. En aquellos potreros muy empastados es necesario eliminar el pasto durante algún tiempo con el fin de que no se ahoguen las pequeñas plantas. Para tal fin, se sobrepastorea el lote y se aplica herbicida en todo el terreno. (Lea: Nariño implementará 14 viveros para restauración ecológica)
Cuando el lote se encuentra preparado, se realiza el trazado con el fin de establecer de manera ordenada las plántulas de acuerdo a las distancias definidas.
Otra forma de aplicar herbicidas es hacer el trazado con las distancias entre surcos definidos, entre 1 y 1,4 metros, y aplicar el herbicida a lo largo de la línea, cubriendo una franja de 50 a 60 centímetros de ancho. De esta manera, quedará entre los surcos de la leucaena una franja de 40 a 80 cm de pasto que no fue fumigada con herbicida.
La fase de vivero tiene una duración de 6 a 8 semanas entre 1 mes y medio a 2 meses, periodo en el que las plantas alcanzan 25 a 40 cms de altura. Plantar los árboles en el lote es una labor intensiva en mano de obra que debe contar con un muy buen trazado y ahoyado.
En las tierras planas se recomienda realizar el trazado en sentido oriente a occidente para que los surcos de leucaena le permitan un mayor ingreso de radiación solar al pasto; en los terrenos pendientes se debe hacer el trazado en curvas de nivel para combatir la erosión.
Finalmente, se debe manejar la plántula con mucho cuidado para luego quitar completamente la bolsa plástica, presionar la tierra alrededor del árbol y evitar que esta quede por debajo del nivel del suelo, pues no soporta el encharcamiento. En este proceso es muy importante hacer un hoyo profundo para lograr un buen desarrollo de la raíz. (Lea: Con vivero, se espera renovar el área cafetera de Armenia, Quindío)
Fuente: Guía sistemas silvopastoriles. Aspectos teóricos y prácticas del CIPAV.