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Foto: ecured.cu

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Qué causa el timpanismo abomasal en terneras

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

Al día de hoy, no se conoce bien la causa del timpanismo abomasal. Los terneros mueren de shock séptico, luego hay una infección bacteriana ocasionada por el clostridium perfringens tipo A o por la Sarcinia, pero también puede no encontrarse nada.

Al día de hoy, no se conoce bien la causa del timpanismo abomasal. Los terneros mueren de shock séptico, luego hay una infección bacteriana ocasionada por el clostridium perfringens tipo A o por la Sarcinia, pero también puede no encontrarse nada.

Esta enfermedad no tiene nombre concreto, pues en la traducción literal del nombre más usado en inglés se puede entender como timpanismo abomasal y abomasitis del ternero, que trata de una inflamación de la pared del abomaso acompañada de un cierto grado de dilatación como lo explica la revista Frisona.

El mecanismo por el que se producen la enfermedad en al aparato digestivo, ya sea intestino o cuajar, es siempre el mismo. Para ser más exactos, el animal come un alimento rico en azucares o en proteínas, el aparato digestivo se ralentiza por algún motivo, la bacteria empieza a reproducirse aprovechando que hay alimento disponible y produce gas a la vez que libera toxinas. (Lea: Conozca el impacto del timpanismo abomasal en terneras)

Dichas toxinas son denominadas exotoxinas porque las produce y libera al exterior mientras la bacteria está viva, por lo que se puede decir que son las que verdaderamente dañan la pared digestiva.

De esta manera, se pueden producir diversas enfermedades en los terneros. Cuando el alimento ingerido es leche, se produce la enteritis necrótica del ternero recién nacido, originada por el C. perfringens tipo B o C en animales menores de tres días de vida, y también el timpanismo abomasal por C. perfringens tipo A en animales menores de tres semanas de edad.

Cuando se ingiere pastura fresca o concentrado en terneros de dos a seis meses de edad se produce la enteritis necrótica por C. perfringens tipo B o C, y la enterotoxemina por el tipo D.

Para prevenir estas enfermedades se usan vacunas policlostridiales que contengan, entre otros, antígenos frente a estos tipos de bacterias. Pero lo más importante es evitar las condiciones que hacen que se reproduzcan esas bacterias.

Cualquier causa que rompa la rutina de alimentación puede producir una ingestión y consecuentemente una parada de la digestión que promueva el crecimiento bacteriano. Por un lado hay que ser muy regular en el horario de las tomas y por otro hay que suministrar siempre cantidades regulares y a la misma temperatura.

Una cantidad excesiva de leche, a destiempo, o una temperatura demasiado fría, retrasará el vaciado del cuajar y predispondrá a la enfermedad. La concentración de la leche en polvo también es importante porque una leche demasiado concentrada tiene una elevada presión osmótica y eso es causa de retraso del vaciado abomasal.

Por la misma razón, cualquier producto que se añada a la leche, retrasa su digestión e incrementa el riesgo. La leche de vaca contaminada, así como el agua no potabilizada también son factores predisponentes. 

Adicionalmente, existen factores nutricionales y de manejo que predisponen la presentación de la enfermedad. Una dieta consistente, adición cuidadosa de aditivos, temperatura adecuada de la leche, limpieza de los equipos de alimentación y una vacunación apropiada pueden ayudar en evitar la presentación del timpanismo abomasal en terneras. (Lea: Prevenga la diarrea neonatal y el timpanismo abomasal en terneros)