La industria agrícola es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero en Australia. Es por esto que recientes avances tecnológicos ofrecen la oportunidad para los ganaderos para reducir el impacto ambiental de esta actividad. Una de las tecnologías más innovadoras es la denominada ‘prueba de aliento’ para detectar y medir las emisiones de metano del ganado. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Las vacas más pequeñas producen menos metano? Aquí la respuesta)

De acuerdo a ABC News, diversos estudios han demostrado que un solo animal puede emitir entre 200 y 500 litros de metano al día, lo que convierte a la ganadería en un sector clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Australia.

Con el objetivo de enfrentar este desafío, se ha comenzado a implementar en varias fincas de Nueva Gales del Sur y Queensland una tecnología innovadora que mide las emisiones de metano a través de las respiraciones y eructos del ganado.

Estos dispositivos, desarrollados por la empresa Agscent en colaboración con Optiweigh, han sido colocados en los potreros de cinco granjas en Australia y una en Kansas, Estados Unidos.

El funcionamiento de estos dispositivos es relativamente simple: el ganado es atraído por el olor y sabor de la melaza, un dulce alimento que incentiva a los bovinos a acercarse a las máquinas. Al hacerlo, son pesados y con cada respiración y eructo, el dispositivo mide la cantidad de metano emitido.

Daniela Carnovale, especialista en Agscent, asegura que la tecnología permite obtener valiosa información sobre el estado de los animales, no solo en cuanto a las emisiones de metano, sino también en aspectos como el embarazo y la salud general.

Cada animal tiene un ritmo de emisión de metano diferente, y la variabilidad entre los individuos es significativa. Esto permite a los productores identificar cuáles animales son emisores altos y cuáles son más eficientes en términos de producción de metano.

En ese orden de ideas, con esta información, los ganaderos pueden tomar decisiones informadas sobre la genética y las estrategias de manejo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Gracias a la nueva tecnología, los productores pueden ajustar sus programas de cría para enfocarse en bovinos que, por cada unidad de metano emitido, produzcan más carne o leche, mejorando así la relación entre emisiones y productividad.

Este innovador de prueba de aliento también abre la puerta a decisiones más precisas sobre el manejo nutricional. Según el profesor Luciano Gonzales, de la Universidad de Sídney, los resultados preliminares de los dispositivos muestran una correlación entre el peso corporal del animal, la cantidad de alimento consumido y el nivel de emisiones de metano.

Finalmente, esto permitirá a los ganaderos realizar ajustes en las dietas de sus animales, mejorando la eficiencia alimentaria y reduciendo las emisiones sin sacrificar la productividad. (Lea en CONtexto ganadero: Entendiendo los factores que influyen en las emisiones de metano en ganadería lechera)