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Foto: actualidadganadera.com

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Prevención de la pododermatitis para evitar pérdidas en el hato

por: - 31 de Diciembre 1969

Los trastornos podales son causados por diferentes factores y tienen graves efectos sobre la productividad de los animales y la rentabilidad del hato por lo que es importante adoptar medidas preventivas.

Los trastornos podales son causados por diferentes factores y tienen graves efectos sobre la productividad de los animales y la rentabilidad del hato por lo que es importante adoptar medidas preventivas.

Según una nota del asesor técnico en bovinos de leche de Laboratorios Virbac México, Médico Veterinario Zootecnista Diego Esteban Hernández, en el portal ganadería.com, el recorte funcional de las pezuñas en ambos tipos de producción (carne y leche), así como el uso de pediluvios en establecimientos lecheros, son medidas que favorecen la no aparición de trastornos pódales. 

Entre tanto, el maltrato de los animales durante el manejo, no respetar los tiempos de desplazamiento, el hacinamiento y el mal estado de los corrales, pueden promover dichas patologías. Así mismo, el peso corporal, el tamaño del animal, la conformación de los miembros y el sedentarismo, son factores específicos importantes en la aparición de dichas enfermedades.

Igualmente, una alimentación mal balanceada puede producir trastornos pódales cuando posee un contenido en fibra menor de 18 % y un alto porcentaje en proteínas, las cuales serían responsables de trastornos ruminales que, luego, se reflejan en lesiones de las pezuñas. (Lea: Los trastornos podales causan pérdidas en carne, leche y partos)

El estrés calórico también es responsable de trastornos ruminales que posteriormente se traducen en laminitis y en sus diferentes enfermedades secundarias, señala el profesional.

Si bien no es un problema nuevo, está adquiriendo gran importancia debido a la intensificación de la producción y al aumento del uso de concentrados en la alimentación, lo que influye en trastornos de la producción y en la reproducción.

Por otro lado, los animales afectados requieren atención y tratamiento terapéutico inmediatos, lo que incrementa las tareas de manejo, los gastos de medicamentos, honorarios profesionales veterinarios y, en algunos casos graves, descarte anticipado de animales de alto valor genético y productivo en plena producción.

De acuerdo con el experto, existe evidencia científica que demuestra que las vaquillas que sufren de cojeras antes de iniciar su vida productiva tiene 30.8 % de ser sacadas del establo antes de completar su primera lactancia, es decir, 6 veces más probabilidades de descarte.

Además, señala, vacas con problemas pódales tienen un aumento de días abiertos y un intervalo entre partos de más de 400 días; también seis veces más probabilidades de desarrollar quistes ováricos; ocho veces más probabilidad de aumentar los días al primer servicio; neuve veces más probable de tener más servicios por concepción; y, cuatro veces más probable de ser descartada en comparación a sus compañeras de hato. (Lea: No descuide las afecciones podales y trátelas a tiempo)

Frente a esta realidad Hernández plantea una serie de estrategias para establecer una buena salud de las pezuñas. En primer lugar, se debe regular la permanencia de los animales en los corrales freestall.

Debido a que las alteraciones son heredables, se deben eliminar del hato aquellos animales cuya descendencia presenten la patología. Por otra parte, cuando se van a comprar reproductores se debe prestar atención a los rasgos morfológicos de las pezuñas.

Igualmente es importante prestar atención a los trastornos alimenticios y desbalances metabólicos en el ganado bovino productor de leche, debido a la relación entre estos trastornos y los problemas pódales. Se recomienda realizar pruebas digestivas como pH ruminal, con el objeto de evaluar el funcionamiento del rumen. En este sentido, los cambios de dietas deben ser paulatinos para adaptar la flora a las nuevas condiciones.

Otra estrategia es el uso tópico de profilácticos como glutaraldehido, sulfato de cobre, sulfato de zinc, sulfato de aluminio y sulfato de benzalconio, que desinfecten las pezuñas de los animales, siendo un biocida para evitar las colonización de las bacterias en la pezuña, La frecuencia de uso depende del grado de humedad a la que estén expuestas las pezuñas y la cantidad de barro que acumulen diariamente.

También se precisa un recorte funcional de la pezuña por lo menos dos veces al año. El arreglo está orientado básicamente a rebajar la suela, procurar la concavidad de la misma, así como el recorte de la punta.