Los primeros estudios sobre la incidencia de la Fasciolosis en el país aparecen en la década de los 60 (Estrada et al., 2006). Desde ese momento la enfermedad ha recibido mayor atención, y los datos actuales indican que Colombia es uno de los países con mayor prevalencia de Fasciola hepatica (Perea et al., 2018).
Existen múltiples trabajos que reportan su prevalencia en diferentes zonas del país, llegando al 90 % en un estudio coprológico realizado en el Valle de San Nicolás (citado en Wilches et al., 2009). Un estudio más actual reporta seroprevalencias individuales del 65 % en Antioquia, 40 % en Cundinamarca y el 31 % en Meta; con un 83 %, 93 % y 93 % de explotaciones afectadas respectivamente. Analizados globalmente estos valores muestran una exposición a estos trematodos en el 46 % de los animales estudiados (Bonilla, 2016).
Las condiciones meteorológicas de algunas zonas del país se consideran adecuadas para que se complete la fase exógena del ciclo biológico de este parásito y el cambio climático y su repercusión en fenómenos meteorológicos como El Niño propician su persistencia y circulación (Valencia-López et al., 2012). Se ha estudiado la variabilidad interanual del riesgo de infección por F. hepatica, debida a variaciones climáticas, y su importancia a la hora de preverlas y tomar medidas al respecto.
Las Paramfistomosis no se encuentran tan estudiadas como la Fasciolosis en Colombia, ya que tradicionalmente su sintomatología digestiva, similar a la de muchos otros procesos, y la falta de antecedentes, hicieron que su diagnóstico fuera escaso o equivocado. Al analizar, mediante técnicas coprológicas, el grado de infección del ganado bovino de la región Caribe, Andina y Piedemonte Llanero se comprobó su amplia distribución en todo el país, con mayores prevalencias en Piedemonte Llanero (46.9 %,) y la región Andina (22.6 %) (Parra et al., 1982).
En un estudio realizado por Bonilla (2016) se reporta que el 58 % de los bovinos de Cundinamarca, el 28 % de Antioquia y 27 % de los de Meta son seropositivos, siendo la seroprevalencia conjunta del 40 %. En este mismo estudio un 19 % de los animales muestreados poseían infección mixta, por Paramfistómidos y F. hepatica (Bonilla, 2016). Adicionalmente se han reportado en los últimos dos años 4 casos de Paramfistomosis en bovinos y uno en ovino por hallazgo en la necropsia de los parásitos en rumen y retículo, los animales son de 4 municipios del departamento del Caquetá, que pertenece a la región de la Amazonía (Bonilla, 2019, comunicación personal). Estos estudios demuestran la existencia de paramfistómidos en diferentes regiones del país, con condiciones climatológicas diferentes. (Lea: Aprenda cómo se presentan las trematodosis en bovinos)
Existen varios géneros dentro de la familia Paramphistomidae causantes de Paramfistomosis en ganado vacuno. En Colombia está descrita la presencia de Paramphistomum sp. y Cotylophorum sp. (Parra et al., 1982). Un estudio realizado en bovinos de Meta y del Guaviare identificó a Cotylophoron panamensis como agente causal tras una exhaustiva caracterización morfológica (López y Velásquez, 2012). Esta especie ha sido hallada también en Brasil, Panamá, República Dominicana y Perú, lo que sugiere su origen neotropical. (Eduardo, 1982; Tantaleán et al., 2013).
En el estudio realizado en los departamentos de Cundinamarca, Meta y Antioquia, se identificó que los parásitos hallados en una finca del Meta corresponden a Cotylophoron cotylophorum (Bonilla, 2016).
La zona del Caribe se consideraba hasta hace poco libre de trematodosis por estar ubicada en una zona de clima tropical, que se consideraba no apta para el desarrollo de la fase exógena del parásito. Esta situación fue cambiando a raíz de que varios Médicos Veterinarios de la zona comenzaran a reportar su presencia tras realizar análisis coprológicos e inspecciones de animales sacrificados (Bonilla, 2018, comunicación personal).
En un estudio reciente realizado en la zona Caribe de Colombia, se encontró una seroprevalencia en el departamento de Córdoba del 19 % para Fasciola hepática y 19 % para Paramphistomum sp. y en los departamentos de Cesar y Magdalena 26 % para Fasciola hepática y 50 % para Paramphistomum sp.(Paz A., Lestón L., Bonilla R. 2019)
Importancia económica y sanitaria de las trematodosis en Colombia
La Fasciola hepatica ocasiona pérdidas económicas significativas en el ganado vacuno, resultando en una menor ganancia de peso, disminución en la producción láctea, alteraciones reproductivas, decomisos de hígados en el matadero y muerte de animales, entre otros (Cabra y Herrera, 2007; Rojo et al., 2012). Además se debe sumar el gasto anual en el tratamiento de la enfermedad. (Lea: Tratamientos para prevenir y curar la fasciola hepática en bovinos)
La valoración de estas pérdidas resulta complicada y su impacto económico real difícil de evaluar. Correa et al. (2016) estimaron estas pérdidas anuales en $12.483 millones. Se considera que esta enfermedad genera pérdidas especialmente importantes en ganaderías de leche ubicadas en zonas con clima frío (Cabra y Herrera, 2007).
En un estudio realizado en el matadero del municipio de Pasto, Colombia, se encontró que, de 7.795 vísceras rojas decomisadas, 5.424 eran hígados, siendo las Distomatosis la causa del decomiso en un 31.09 % de los casos (Cedeño et al., 2012). A la vista de estos resultados y teniendo también en cuenta las altas prevalencias existentes en el país, cabe esperar un elevado impacto económico asociado.
Además, la Fasciolosis es considerada un problema de salud pública a nivel mundial. La enfermedad se presenta principalmente en áreas donde hay animales domésticos afectados, pero también se deben tener en cuenta prácticas culturales relacionados con el manejo del ganado y el consumo de agua y vegetales contaminados con metacercarias (Uribe y García, 2013). En un estudio realizado en habitantes de San Nicolás, Antioquia, zona colombiana con alta prevalencia del parásito, se reportó una seroprevalencia del 4.9 %, datos que llevaron a los profesionales sanitarios a considerarlo como posible agente causal ante cuadros clínicos compatibles (Wilches et al., 2009).
Las principales pérdidas económicas causadas por Paramfistómidos son debidas a la disminución del índice de conversión alimenticio, pérdida de peso corporal y disminución de la producción láctea (Paul et al., 2011). Afectan en mayor medida a animales jóvenes, pudiendo llegar a causarles la muerte (López et al., 2008). Puede causar cuadros similares a muchos otros procesos digestivos por lo que se suele subestimar su importancia al no reconocerlo como agente etiológico (Suárez et al., 2007). (Lea: Desarrollan una cura para la fascioliasis bovina y ovina)
En Colombia su impacto económico actual no está muy estudiado y el desconocimiento de su prevalencia real se ha asociado a la ausencia de medidas de control (López et al., 2008) y a la no disponibilidad de fármacos eficaces en el tratamiento de la Paramfistomosis (Pinedo, 2010). La gran importancia de la ganadería en el país hace necesaria la investigación sobre la prevalencia real de estas parasitosis.
Referencias
Bonilla, R. (2016). Diagnóstico y control de trematodosis en ganado vacuno de Colombia: fasciolosis y paramphistomidosis (Tesis doctoral). Universidad de Santiago de Compostela, Facultad de Veterinaria, Lugo, España.
Cabra, A. y Herrera, C. (2007). Estudio de prevalencia de la Fasciola hepatica y Caracol Lymnaea spp. en predios del municipio de Simijaca Cundinamarca (Tesis de pregrado). Universidad de la Salle, Facultad de medicina Veterinaria, Colombia.
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Autor: Rodrigo Bonilla Quintero. MV, Esp, Dipl, MSc, PhD. Director Técnico Ganadería. Carval de Colombia.