La neumonía de las terneras es lo que se llama una enfermedad multifactorial en la cual están implicados factores relacionados con los animales, con los virus y bacterias que pueden causar neumonía y finalmente, aspectos estresantes que producen inmunodepresión.
En un artículo publicado por la Revista Frisona se explica que las terneras que nacen en la época de verano se van a enfrentar nada más al nacer a dos factores importantes. El primero es un menor peso al nacimiento y el segundo es a un calostro de peor calidad. Los animales que nacen en verano tienen menos peso que los que nacen en temporadas de lluvias y frio. (Lea: Conozca cómo se presentaron casos de neumonía en bovinos en clima frío y cálido)
El menor peso al nacimiento es un factor negativo, pero conlleva como contrapartida la ventaja de que disminuye el riesgo de distocia. Lo que no presenta ningún aspecto positivo es que el calostro de las madres que sufren estrés por calor es de peor calidad.
Este es uno de los motivos por el que en los últimos tiempos se hace cada vez más hincapié en la refrigeración de las vacas durante el periodo seco. Un calostro de peor calidad implica el fallo en la transmisión pasiva de anticuerpos y por ello aumenta la probabilidad que los terneros sufran de diarrea y neumonía.
Prevenir la diarrea neonatal es fundamental pues esta es un factor predisponente muy importante en los animales. Un gran porcentaje de terneros que sufren de diarrea llegan a desarrollar posteriormente neumonía. (Lea: Impacto económico de la neumonía en terneras de leche)
Aunque en el verano las terneras no necesitan tanta alimentación como en el invierno, hay granjas en las que se administra poca leche o esta es de mala calidad. El artículo menciona que hay bastantes estudios que demuestran que el suministro de poca cantidad de leche, el uso de leches de mala calidad y el uso de leches no vendible – la leche con mastitis o con residuos de antibióticos- aumenta el riesgo de presentación de neumonía.
El menor nivel de humedad durante el verano aumenta la presencia de polco en el aire, el cual ejerce un efecto irritante en las vías áreas de las terneras y aumenta el riesgo de sufrir de neumonía. Ese polvo puede ser levantado por el viento, por el paso de vehículos, por los sistemas de limpieza, producido por el molino o los distintos sistemas de alimentación o por las encamadoras.
El clima muy seco también es irritante para las vías áreas. Por el contrario los ambientes cerrados mal ventilados y húmedos aumentan tanto el numero de gérmenes en suspensión en el aire y con ello la posibilidad de contagio, como la supervivencia de dichos gérmenes. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con los animales adultos parecer ser que la humedad no agrava tanto el efecto del calor en las terneras.
De todos los factores estresantes, el que parece más determinante en los diversos estudios es el uso de boxes de metal. El metal es muy buen conductor de la temperatura y tanto en invierno como en verano agravan las condiciones térmicas exteriores creando microclimas extremos. (Lea:Buenas prácticas para el control y prevención de la neumonía enzoótica)
El metal transmite el calor por radiación y se comportan como verdaderos radiadores, o mejor dicho, hornos.