Se les denomina de ese modo a las vacas que están entre el periodo de lactancia y el próximo parto. Dar un descanso adecuado y suplementar si es necesario, son algunas de las claves para que la cría venidera y la producción de leche sean adecuadas.   El principal reto que tienen los ganaderos es lograr que sus hembras produzcan una cría una vez al año. Alcanzar ese objetivo depende de la alimentación, manejo, genética, salud e incluso de respetar los tiempos entre el parto y una nueva preñez.   Hay un periodo en el que las vacas se denominan como horras, secas o escoteras. Se trata de un lapso de tiempo que puede ser de uno o 2 meses, dependiendo de la raza, entre la terminación de la lactancia y el siguiente parto. La idea es que en ese espacio la res esté preñada. (Lea: Transición de la vaca seca a lactante, periodo de sumo cuidado)    Las vacas siguen en el hato así estén secas porque están recuperando su nivel corporal y se preparan para el nacimiento de una nueva cría con todas las garantías y condiciones de salud.   Si el animal no tiene ese lapso de descanso, va a parir un ternero en condiciones no adecuadas, lo que afectará la producción de calostro y las labores de parto. (Lea: Así se manejan las vacas adultas, pero productivas)   Según explicó Marino Valderrama, médico veterinario y seguidor de las razas criollas colombianas, en una escala de 1 a 5, la vaca horra termina la lactancia en una condición corporal 3, pero debe subir a 4 para el siguiente parto con el fin de tener la energía suficiente para producir la leche de los 30 primeros días, que es donde el ternero se va a ver beneficiado por el calostro.   “Si no se respeta ese lapso de tiempo, la cría o la producción de leche podría verse afectada. En ese caso, si la vaca entra al periodo horro en una baja condición es necesario suplementarla con algún producto que incremente su energía y de paso su grasa corporal, que es lo que va a necesitar para el periodo siguiente y garantizarr que pueda volver a quedar preñada rápidamente”, explicó Valderrama,   Escuche las declaraciones del experto.

En tanto, Mauricio Escobar Mejía, médico veterinario y zootecnista de la Universidad de Caldas, aseveró que la condición de horra, es solo un estado al que deben someterse las hembras durante su vida productiva, ya que en muchas ocasiones no solo les retiran la cría sino que pueden o no estar preñadas, dependiendo del sistema productivo en el que estén. (Lea: 42 días definen el futuro productivo y reproductivo de las vacas)   Añadió que en el caso de la lechería especializada o de trópico alto, a la madre le retiran su cría a los 4 días de nacida y empieza a ser alimentada de forma artificial a través de un lactorremplazador, tetero o recibe la leche en un balde y se le suministra algún concentrado. Mientras que en doble propósito, generalmente los terneros están con las madres, pero tras el ordeño, las vacas y las crías están separadas y solo vuelven a estar juntas antes de la extracción de la leche.   “En los hatos de leche y de cría lo que se pretende es que una vaca cuando deteste su ternero o se lo quitan que es cuando queda horra, esté preñada, por lo que es solo una condición”, argumentó Escobar Mejía.   Preñarlas rápido y suplementarlas si se requiere, son claves para que las vacas escoteras hagan de forma adecuada su transición entre la lactancia y un nuevo parto. (Lea: Las vacas también necesitan vacaciones)