Jorge Enrique Borda Correa, administrador de empresas agropecuarias y director técnico de Abonamos, expone en una charla de Fedegán que los fertilizantes ayudan a aumentar la oferta de biomasa, razón por la que existen varios tipos. (Lea en CONtexto ganadero: Así se clasifican los diferentes tipos de fertilizantes )

- Fertilizante inorgánico: “Que son los que tradicionalmente hemos conocido como NPK (nitrógeno, fosforo y potasio)”, dice Borda Correa.

- Fertilizantes orgánicos: Que en términos generales están en el suelo, pero que como comenta el experto, “desafortunadamente tenemos muchos suelos en nuestro país que necesitan más de este tipo de acondicionadores y fertilizantes orgánicos”.

- Biofertilizantes: Son sustancias biológicas que ayudan en estos procesos de fertilización de suelo, proporcionando nutrientes necesarios para el desarrollo de los suelos y plantas. (Lea en CONtexto ganadero: Biofertilizantes, clave para una producción ganadera sostenible )

- Fertilizante mineral – orgánico – biológico: Estos añaden nutrientes a través de los procesos naturales de fijación del nitrógeno atmosférico, solubilización del fósforo y estimulación del crecimiento de las plantas mediante la síntesis de sustancias promotoras del crecimiento.

Balance mineral, orgánico y biológico

De acuerdo con Borda Correa, la biología del suelo se debe manejar con tecnologías que minimicen las pérdidas de nutrientes y hagan los suelos productivos y rentables, buscando una sostenibilidad del sistema.

“Ese suelo debe estar vivo, por lo que cuando hacemos una fertilización con balance mineral – orgánico estamos logrando ser más productivos y vamos a obtener una sostenibilidad del sistema”, expone el profesional.

Beneficios fertilización balance mineral, orgánico y biológico en praderas

- Proporciona nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo, potasio y elementos menores.

- Mejora la estructura del suelo al aportar materia orgánica por el proceso de agregación, “ya que los agregados del suelo son necesarios. Necesito que el suelo tenga una estructura adecuada para que la asimilación de nutrientes sea la mejor”, comenta Borda Correa.

- Mayor aprovechamiento de los nutrientes aplicados a las pasturas.

- Mejor macollamiento.

- Mayor resistencia al acame y mayor vida útil de la pradera.

- Mayor densidad nutricional del forraje.

- Mayor producción de biomasa por unidad de área.

- Mayor capacidad de carga.

- Mayor sanidad de la pradera, debido a menos incidencia de plagas y enfermedades.

- Aumenta la cantidad de microorganismo benéficos del suelo.

“Nosotros estamos acostumbrados a comprar los fertilizantes por los grados, pero la fertilización no son esos grados, sino que es un balance mineral – orgánico – biológico que genera los nutrientes permanezcan más en el suelo disponibles para las plantas. Además, se logra un aporte y aprovechamiento de nutrientes, lo que lleva a una adecuada nutrición (elementos primarios, secundarios y menores)”, describe Borda Correa.

En conclusión, si se puede fertilizar de una manera más eficiente y balanceada, se puede llegar a tener mejores ingresos y menor costo de producción de esos pastos.