De acuerdo a un documento realizado por la Unión Ganadera Regional de Jalisco, la vitamina A la requiere el ganado en mayor cantidad durante su crecimiento, reproducción y producción de leche. Por lo tanto, es indispensable para mantener las condiciones normales y así ejercer las funciones orgánicas del ganado como visión, la respiración, la reproducción, etc.

La ausencia de esta vitamina en el ganado genera falta de visión en la oscuridad, “que se nota cuando los animales tropiezan con objetos o contra las cercas en condiciones de poca luz”. Además, genera síntomas más graves como la resequedad, opacidad y ulceración de la córnea y conjuntiva del ojo, lagrimeando constantemente y generando infecciones producidas por gérmenes.

Pero como lo expone el documento, “los efectos más graves son de tipo económico, por la falta de producción de becerros; ya que, una vaca flaca no presenta celo y las posibilidades de cargarse son pocas”.

Es en este orden de ideas, Enrique Rimbaud, especialista en sanidad, dice que “la vitamina A es la más importante de todas para el ganado y generalmente está asociada a las vitaminas D y E, lo que usualmente se llama como A, D, y E. No hay ninguna presentación de la vitamina A sola, pero hay gente que se equivoca al aplicarlo y piensa que está dando suficiente cantidad de esta y esto no es así”. (Lea en CONtexto ganadero: La importancia de dar vitamina A al ganado en épocas críticas como la sequía)

¿Cuándo hay que darle vitamina A al ganado?

En el documento se especifica que es necesario administrarla a los animales que no son alimentados con forrajes verdes, teniendo en cuenta que sí es necesario hacerlo con “el ganado que es alimentado en base a rastrojos y concentrados”, al igual que a los animales cuando hay temporada de sequía.

El texto también indica que la vitamina A es imprescindible para el ganado de engorda, ya que le facilita el aprovechamiento de la ración alimentaria.

¿Cuánto precisa el ganado de vitamina A?

Según Rimbaud la cifra que responde a la anterior pregunta es de 3 millones de unidades internacionales, que “lo precisa el ternero, la vaquilla, el torete, la vaca y el toro. Entonces cuando voy a realizar el proceso de vitaminar tengo que fijarme en el prospecto”.

Todo esto, teniendo en cuenta que, si por ejemplo el prospecto tiene “50.000 unidades internacionales en un ml, para dar tres millones tengo que dar 60 ml inyectable o vía oral, que es un disparate. Por eso, generalmente debo escoger aquellas vitaminas que en el prospecto digan que por ml tienen 500.000 unidades internacionales. Es decir que con 6 ml o 6 cc se juntan los 3 millones”, describe el experto.

Esta es la cantidad que se le debe suministrar al animal no importando la etapa de desarrollo en la que se encuentre, pues finalmente el requerimiento es el mismo. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Cómo influyen las vitaminas A, D, E, hidrosolubles y B12 en los bovinos?)

“Con esto no preciso vitaminar cada dos o tres meses, sino cada seis meses porque esos 3 millones que aplico se reservan el en hígado y este los va liberando durante seis meses. Si lo doy antes, no se aumentará el efecto, sino que se está malgastando el dinero”, concluye Rimbaud.