Expertos en ganadería recomiendan destinar un potrero de la finca exclusivamente para tratar y cuidar a los animales enfermos. Esta zona de estar debidamente identificada, debe estar limpia y debe haber disponibilidad de pasturas.
Es importante realizar revisiones periódicas de los animales que permitan evaluar la salud general de los animales y detectar si hay o no una patología. Una vez se traslade al bovino al potrero hospital, es necesario determinar qué es lo que está deteriorando su bienestar, darle un adecuado tratamiento por un profesional y luego realizar chequeos para determinar si se presenta una complicación o una mejoría.
Vale la pena resaltar que el control del dolor alivia al animal mientras recibe atención especializada y esto facilita su manejo por parte de los operarios. (Lea: 14 enfermedades sin control oficial atacan al ganado en Colombia)
Es de vital importancia aplicar siempre los principios de limpieza y desinfección, tanto las manos del médico veterinario o del encargado de los animales, como en las superficies expuestas del animal, materiales o implementos aunque se vean limpios.
La persona encargada de atender a los animales debe cumplir un rol de sostenimiento de la vida del animal mientras recibe la ayuda especializada, este no debe intentar la aplicación de técnicas que no domina. Aplicar el dicho “zapatero a tus zapatos”.
Otro aspecto que debe tener en cuenta el ganadero, es establecer el costo/beneficio para tomar la decisión de agotar todas las alternativas para recuperar el animal, o sacrificarlo, esto con el objetivo de que la cura no salga más costosa que la enfermedad.
El potrero hospital hace referencia al lugar de la finca que se utiliza exclusivamente para la atención de animales enfermos o heridos y de esta manera poder realizar un tratamiento controlado. (Lea: 9 causas de muerte súbita en los bovinos)
Este potrero debe estar cerca de la vivienda de la finca, pero separado del resto de los bovinos y es necesario mantenerlo en condiciones adecuadas de limpieza e iluminación.
Un bovino enfermo puede presentar algunos de estos síntomas:
Falta de apetito, temperatura fuera de los rangos normales, no presta atención a su entorno, el animal se mantiene separado de los demás de su grupo, no quiere moverse o en caso contrario se muestra inquieto, la marcha irregular puede deberse a un dolor en las pezuñas o de las patas, si el encargado se aproxima, el animal no se pone de pie.
Otros síntomas pueden ser: mirar con insistencia a sus flancos o cocea su vientre, hocico seco, heces demasiado blandas o duras, dificultad para defecar, cambios brusco en la cantidad de leche producida, presencia de sangre o de otra sustancia extraña en la leche, entre otros.
En el caso de que en la finca no haya un profesional de la salud o con conocimientos en el tema, la recomendación es llamar un médico veterinario lo antes posible, para que diagnostique y trate el animal. (Lea: 4 enfermedades que afectan la piel de los bovinos)
Fuente: Cuaderno ganadero Fedegán – FNG, segundo semestre de 2014.