Cuando una vaca es preñada, ya sea por medio de la monta o a través de inseminación artificial, es aconsejable que el productor la revise para determinar su estado de gestación. Conozca por qué se sugiere realizar esta práctica.
El diagnóstico de gestación, que se le puede realizar a las vacas entre los 35 y 60 días después de la monta o inseminación, es una herramienta de bajo costo y alta efectividad que no solo permite evaluar la eficiencia reproductiva del predio, sino que además ayuda, en forma anticipada, a la toma de decisiones de manejo.
Asimismo, con este examen el ganadero podrán saber cuáles vacas están preñadas y cuáles no de forma anticipada, con lo que podrá realizar un manejo más racional del forraje y, a su vez, decidir la venta de vientres improductivos. (Lea: Evite errores en las palpaciones rectales en el ganado bovino)
De acuerdo con Sergio Marcantonio, médico veterinario de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, el objetivo reproductivo de toda explotación ganadera es conseguir que la mayor proporción de los vientres resulten preñados como consecuencia de la monta o inseminación.
“Lo que se busca es obtener el máximo porcentaje de preñez posible. Pero hay que relacionar los resultados con el tiempo necesario para conseguirlos. No es lo mismo lograr un 95 % de preñez en 90 días de servicio, que en 4 meses o más”, explicó Marcantonio.
En definitiva, todo productor bovino debe apuntar a obtener el máximo porcentaje de preñez con la mayor proporción de vientres gestantes en la primera etapa de la temporada de celo. De no ser así, deberá intentarlo de nuevo en el próximo periodo propicio para el apareamiento del animal. (Lea: Electroeyaculador y vagina artificial lo más usado para recoger semen)
Martín Vázquez Vargas, médico veterinario de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, indicó que este diagnóstico temprano de preñez permite identificar rápidamente las vacas que no quedaron preñadas, los animales que están repitiendo celo o aquellos semovientes que estén con alguna patología.
“Lo más importante es que el ganadero, una vez el toro monta a la vaca o se insemina al animal, revise después de 30-35 días si la vaca quedó preñada. Esto se puede hacer por medio de una ecografía. Si quedó, excelente. Si no, ya el ganadero sabe que el próximo celo debe retomar labores, porque los periodos de celo se repiten cada 21 días, aproximadamente”, acotó Vázquez Vargas. (Lea: La ecografía bovina ayuda a planear el parto de la cría)
De esta forma y por medio de esta técnica es posible saber cuáles vacas están preñadas y cuáles no, para que el productor pueda tomar importantes decisiones de manejo en forma anticipada y así se mejore la reproducción, la productividad y la rentabilidad.