La alimentación del ganado se debe basar en una adecuada planificación forrajera que le permite al productor, con la asesoría de un experto en nutrición bovina, tomar las medidas necesarias de manejo de los potreros y del inventario ganadero.
La ausencia de planificación forrajera genera dificultades para lograr buenas ganancias de peso y de producción de leche; problemas de condición corporal que afectan directamente la reproducción, y crisis inminentes en las épocas de intensos veranos o inviernos, indicó Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en un capítulo del Manual Práctico Ganadero elaborado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán).
La planificación forrajera es el conjunto de medidas y presupuestos forrajeros para corto, mediano y largo plazo que involucran la previsión, el tiempo y el balance entre oferta alimenticia y la demanda nutricional del ganado.
La oferta es la disponibilidad de recursos forrajeros o alimenticios, pasturas del potrero, reservas conservadas y suplementos. Entre tanto la demanda es la suma de requerimientos nutritivos para el mantenimiento y producción de todos los animales en la finca.
Las medidas de la planificación en el largo plazo tienen que ver con la estructura forrajera de la empresa productiva, mientras que en el mediano plazo son el cálculo de la producción forrajera estimada, y en el corto plazo la planificación del pastoreo y el balance nutricional. (Lea: Ventajas e inconvenientes de la planificación forrajera)
En el largo plazo es posible modificar la estructura forrajera mediante el establecimiento de nuevos cultivos o la rotación de los mismos y la proyección de uso de las reservas o forrajes conservados como silos o henos.
Para el mediano plazo se debe contar con la proyección de la carga animal, la estacionalidad de la reproducción y destetes y así proyectar la necesidad de forrajes, reservas y suplementación.
En el corto plazo no se plantean modificaciones sustanciales a la oferta forrajera más allá de tomar las medidas para solucionar problemas coyunturales y ajustar el balance nutricional en la alimentación diaria mediante la formulación de raciones.
Para la correcta planificación se debe contar con información previa del sistema, superficies y recursos forrajeros de cada potrero, productividad de los cultivos y un mínimo conocimiento de los suelos, así como la demanda ganadera según inventarios y pesos de los animales. Este es un proceso continuo que debe ser revisado y actualizado periódicamente.
Algunos de los factores que afectan la planeación forrajera son: la topografía pues incide en el gasto energético al momento del desplazamiento hacia los lugares de difícil acceso; el tamaño del potrero ya que tiene relación directa con la capacidad para ofrecer alimento en buena cantidad y calidad a los animales que los pastorean, normalmente es más fácil manejar y mantener productivas áreas pequeñas en las que se controlan los periodos de ocupación y descanso y se hace control eficiente de malezas y arvenses. (Lea: La planeación es esencial para usar correctamente los forrajes)
Igualmente, el periodo de ocupación, el cual debe ser lo más corto posible, el idea es de un día y no debe superar los seis días para evitar que el animal consuma rebrotes de pasto que afecte la producción del siguiente pastoreo y genere pisoteo excesivo que perjudique los rebrotes tiernos.
También está la presión del pastoreo que hace referencia a la cantidad de animales que consumen el forraje disponible en un tiempo determinado. La eficiencia en el uso de la pradera y en el control de arvenses mejora cuando el inventario es alto, los periodos de ocupación cortos y los de descanso, largos.
Así mismo, el periodo de descanso del cultivo, que depende de la especie forrajera con que se cuente pero que en términos generales debe ser suficientemente largo.
Los factores climáticos, como la disponibilidad de agua, la temperatura, el viento, la radiación, etc., que afectan los periodos de recuperación y el volumen de producción de biomasa por lo que deben considerarse a la hora de hacer la planeación forrajera.
El otro elemento a considerar e igualmente importante es el factor humano puesto que el compromiso de las personas involucradas en el proceso de producción ganadera es fundamental. (Lea: Planificación forrajera, herramienta al servicio del ganadero)
Para realizar una buena planificación forrajera se deben seguir seis pasos, de manera metódica:
-
Defina exactamente el área de los potreros y del predio en general.
-
Realice un aforo de cada potrero.
-
Determine el número de cosechas que se podrían llevar a cabo en un año.
-
Calcule y descuente de los aforos los desperdicios de forraje de acuerdo con el tipo de pastoreo.
-
Calcule la carga animal con el inventario ganadero categorizado.
-
Realice un balance de forraje verde disponible y los requerimientos en el tiempo