Cualquier persona que invierta en un hato lechero, tiene que planificar a 15-20 años porque es una gran inversión de capital y es fundamental pensar en el crecimiento a futuro.
Así lo planteó Lior Yaron, VP para Grandes Proyectos de Clientes en DeLaval, quien señaló que “el bienestar animal, la calidad de leche y el correcto manejo de efluentes generados son algunos de los aspectos más importantes en la planificación de una granja lechera sustentable y moderna”.
Para el profesional, la operación de la granja lechera es una mezcla de animales, personas, máquinas y edificios. Cuando se planifica se debe tener en cuenta los objetivos y dentro de ellos el crecimiento esperado del negocio. La consolidación de las fincas es común hoy en día, por lo que se debe planificar preparándose para una posible expansión. “Es importante tener en cuenta que la granja deberá seguir operativa durante los próximos 20 años, quién se encargará de manejar la granja y más tarde quién podría reemplazar al propietario”. (Lea: Aplicar la planeación en la finca, es ceñirse a las mediciones diarias)
Igualmente hay que mirar el equipo y la tecnología. Si se quiere atraer a una generación más joven de productores hay que pensar en automatización, robótica y sistemas de software modernos. “Dependiendo de las necesidades, decidimos las soluciones”, señaló.
Sin embargo, dijo, para planear toda la logística que está sucediendo en una granja, las 24 horas del día y los 365 días al año, tiene que incluir muchos parámetros y usando sólo lápiz y papel no es lo suficientemente bueno. Mediante el uso de herramientas de software y simulación, se puede optimizar el diseño de acuerdo con la ubicación y asegurar el mejor funcionamiento, señaló.
Es preciso planear todas las actividades tales como la alimentación, las partes de ordeño y refrigeración de la leche, el manejo del estiércol, la limpieza, asegurando un correcto manejo del tiempo de las vacas, las cuales necesitan beber, comer y descansar, para mantenerse sanas y producir leche de alta calidad. “Siempre se debe empezamos el diseño desde la perspectiva de vaca”, afirmó Yaron.
Una forma de empezar la planificación es con el manejo de los efluentes. Esta es una parte muy importante ya que la vaca produce en promedio más de 50 litros de residuos por día por lo que se necesita tener buenas soluciones como la forma de limpiar, recoger, retirar, tratar, almacenar y reutilizar el estiércol. “Alentamos a la reutilización del mismo lo más posible, como por ejemplo, con fertilizantes y camas para las vacas, dependiendo de las necesidades y posibilidades locales”.
La granja Hamra Farm, de DeLaval, “es un ejemplo perfecto de cómo podemos crear este círculo de una manera ideal. Reutilizamos los nutrientes generados en la granja en nuestros campos, donde cultivamos alimento para nuestras vacas, y no necesitamos comprar fertilizantes”, indicó. (Lea: La planeación es esencial para usar correctamente los forrajes)
Después de planificar el manejo de efluentes, viene el sistema de camas de las vacas, el tamaño del rebaño, las dimensiones de los establos, etc. para asegurar un uso óptimo del tiempo de las vacas.
Otra de las áreas importantes de la planificación es la eficiencia alimenticia. La alimentación de las vacas es el costo más grande en una granja y por lo general varía entre 50-75 % del costo total. Por lo tanto, es importante planear la alimentación, desde la fase de diseño hasta la implementación.
Así mismo, la capacidad de recuperación de la vaca. El bienestar animal es extremadamente importante, incluyendo la salud, la comodidad y resultados de reproducción. Las vacas con mejor capacidad de recuperación serán las vacas del futuro.
Adicionalmente está el manejo de la vaca en transición. Las vacas que paren necesitan atención especial (confort, alimentación de calidad y un ambiente libre de estrés) y hay que asegurarse que se cumplan para obtener una lactancia exitosa.
“En DeLaval, tenemos un modelo de sostenibilidad que se centra en tres puntos de vista principales: medio ambiente, alimentos y bienestar animal, social y económico. Cubrimos todas estas áreas en la planificación de una granja. Sin embargo, el rendimiento del rodeo y el bienestar de los animales son centrales, asegurarnos un medio ambiente libre de estrés para todas las vacas, incluyendo el espacio suficiente para comer, beber y descansar, deben reflejarse en el proceso de planificación y diseño. Va desde la A a la Z, desde el diseño de la crianza de terneros, al ordeño y las instalaciones de vacas secas”. (Lea: 5 pasos para elaborar un plan estratégico para la actividad ganadera)
En la empresa el bienestar animal es clave porque “sólo las vacas felices son vacas sanas y buenas productoras. Si nosotros no nos ocupamos de los animales, la operación no será sostenible”.
La mayoría de las granjas de éxito en el mundo están configuradas de la misma manera, pero la diferencia principal es la implementación y ejecución de las rutinas agrícolas modernas.
Las granjas lecheras de hoy son empresas de alta tecnología, donde el bienestar animal es muy importante. La bioseguridad es considerada en todas las partes de la granja, todo debe estar limpio y en orden. La logística en la granja es muy importante, sobre todo en grandes explotaciones.
Las principales diferencias son las personas y las culturas. Las vacas son las mismas donde quiera que vayamos, pero los agricultores son diferentes. Hay muchas maneras de manejar las granjas lecheras (por ejemplo, en pastoreo, bajo estabulación, con sistemas de ordeño automáticos, etc.) y todos los sistemas requieren una buena gestión. Si se manejan bien, sus prácticas de producción garantizarán su éxito, y viceversa.
A futuro las granjas serán más amigables con el medio ambiente, utilizando los recursos de manera óptima y cuidando a las vacas. El confort animal, la eficiencia en la alimentación y el uso de genética de vanguardia siguen siendo fundamentales. Además, el objetivo será reducir la huella de carbono tanto como sea posible, por ejemplo; usando biodigestores, molinos de viento, paneles solares y, quizás lo más importante, usando los nutrientes del estiércol en los campos para plantar cultivos que permitan alimentar a nuestros animales. Creando un círculo cerrado: produciendo leche de alto valor nutricional con una huella de carbono muy baja, concluyó.