Generalmente, una vaca expulsa su placenta luego de 3 u 8 horas de ocurrido el parto; de hecho, expertos señalan que si esto no sucede en un periodo máximo de 12 horas se puede deber a una complicación conocida como retención.   Jesús Berdugo, médico veterinario con maestría en genética y estudiante de doctorado en ciencias agrarias, indicó que son varios los factores que hacen que se restrinja la placenta, entre ellos están la insuficiencia del útero para poder expulsarla, cuando se han presentado abortos anteriormente, por enfermedades o deficiencia de algunos nutrientes y minerales.   “Cuando inicia el parto, el útero tiene que empezar a hacer una serie de contracciones. Luego y por sí sola, la placenta se debe desprender de su sitio de adherencia. Si esos movimientos son inhibidos, se genera la retención”, explicó. (Lea: Las 5 enfermedades reproductivas que más afectan al ganado en Colombia)   Según Berdugo, si en el pasado una vaca tuvo un aborto, luego el animal queda preñado otra vez y resulta que esa placenta no estaba lo suficientemente madura, lo más probable es que salga el feto, pero no el saco o tejido.       El magíster en genética expuso que algunas enfermedades infecciosas como la brucelosis o la rinotraqueitis bovina infecciosa, IBR, se localizan en el punto donde está unida la placenta al útero y tampoco permiten que el tejido salga.   Agregó que el hecho de que la placenta no sea expulsada dentro del tiempo pertinente puede provocar su descomposición, hacer que el animal se enferme y generar otros problemas, como por ejemplo, que no se pueda utilizar la leche que produce el animal porque hay que tratarlo con antibióticos.   Gabriel Enrique Serrano Díaz, médico veterinario de La Universidad de La Salle, consultor y docente en entidades públicas y privadas, coincidió con su colega y dijo que la incidencia de enfermedades reproductivas, ya sean virales o bacterianas, pueden obstruir la liberación de la placenta. (Lea. 14 enfermedades sin control oficina que atacan al ganado en Colombia)     Sostuvo que una vez se identifique que la vaca no expulsó el tejido, lo ideal es evitar al máximo que el útero que ha quedado con contenido se contamine, por lo cual se recomienda manejar infusiones intrauterinas con antibióticos suaves y con poco volumen e intentar hacer transacciones ligeras para removerla.      El consultor explicó que otra de la causas de la retención de placenta puede ser de origen nutricional, generada por la falta de balance de algunos elementos. “Esta complicación se puede producir por deficiencia de energía y algunos minerales y por excesos de nitrógeno”, detalló.   Los expertos manifestaron que la retención de placenta puede generar grandes pérdidas económicas ya que el animal se enferma, se debe invertir en tratamientos y antibióticos, la producción de leche se disminuye, no se puede comercializar el producto, el útero tarde en recuperarse, los días abiertos se aumentan, se dañan los parámetros reproductivos y la vaca se demora en volver a quedar preñada. (Lea: Preñez bovina, lo que todo ganadero quiere alcanzar)