Las personas han escuchado hablar de piojos que afectan a los humanos, sobre todo a los niños. Pero estos parásitos también pueden desencadenar complicaciones en los bovinos, especialmente por un inadecuado manejo del hato.
Los bovinos ubicados en tierras frías con pelaje abundante son presa fácil de los piojos, un tipo de parásito externo que no se ha proliferado en la ganadería nacional, pero que ha afectado varias fincas que requieren de inversiones para eliminarlos.
Además de asumir los costos en antiparasitarios, el productor que tiene su hato con piojos debe invertir en una alimentación balanceada que lleve a la recuperación de los rumiantes, puesto que la mordedura del parásito desencadena en la pérdida de peso, baja producción y en caso extremos, en anemia. (Lea: Las 4 sarnas que atacan al ganado bovino)
César Jiménez, especialista en sanidad animal, señaló que los piojos producen picazón, lo cual se controla con insecticidas específicos que eliminan el parásito que dejará de afectar la capa externa del ejemplar.
“Esos piojos requieren del animal para vivir y multiplicarse, eso hace que cuando se haga control con antiparasitarios se eliminen por completo”, dijo Jiménez.
Diego Ortiz, médico veterinario de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, explicó que el piojo se ve a simple vista, diferente a los ácaros que tienen “200 micras de tamaño”.
El investigador de Corpoica dijo que los piojos afectan casi siempre la cola de los bovinos, pero más allá de esto, es importante que el ganadero sepa que la presencia de parásitos es un indicativo de problemas más graves.
“Estos animales llegan porque hay problemas nutricionales. Es como una cadena cascada, una cosa desencadena otra. Esos parásitos son problemas por la deficiencia en el manejo”, recalcó Ortiz.
La deficiencia en el manejo del hato bovino se presenta, según el médico veterinario de Corpoica, por “descuido. Los animales hay que estar observándolos y cepillándolos”. (Lea:14 enfermedades sin control oficial atacan al ganado en Colombia)
Esteban de Jesús García, profesional de gestión productiva y salud animal en Zipaquirá, Cundinamarca, de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, manifestó que a algunas novillas de la región adquieren piojos que se eliminan con fumigaciones.
Aseguró que los ganaderos saben del control de parásitos, pero a veces hay descuido sanitario en el hato. Entonces acuden a tiendas veterinarias para comprar productos que eviten la presencia de estos animales. Como recomendación, García dijo que los ganaderos pueden rotar los antiparasitarios para que las reses no se vuelvan inmunes a estos.