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Foto: Agencia UNAL

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Peso de las vacas, indicador esencial en la reproducción del ganado bovino

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

Un estudio de la Universidad Nacional Sede Orinoquía y Antioquia, realizado a 40 hembras Brahman, evidenció que un peso inferior a 300 kilos y superior a 500 kilos alteraría su capacidad reproductiva.

La raza Brahman llegó al país hace más de 150 años y se caracteriza por su color blanco o rojo, su gran tamaño y su capacidad para adaptarse al trópico. Además soporta con facilidad las altas temperaturas e incluso las plagas, por lo que en el mercado ganadero se ha posicionado como una buena opción para la producción de carne.

Según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el hato ganadero de 2022 sumó 29 millones de reses bovinas, lo que representó un aumento del 4,7 % respecto a 2021, y ese mismo año el mercado del sector exportó 6.172 toneladas.

La proteína animal que se obtiene de los bovinos comprende el proceso que se da desde el nacimiento del ternero hasta que se convierte en novillo, que es entre el destete y los tres años.

En el caso de las hembras Brahman se buscó que las novillas tengan a los 24 meses, o 2 años, el 60 % de su peso, que debería estar en 300 kilos, con lo que oficialmente el animal llegaría a la pubertad, es decir estaría lista para su ciclo reproductivo.

En las vacas el celo se presenta cada 21 días y su gestación dura 9 meses. Sin embargo, “en las condiciones de las llanuras colombianas y sabanas inundables la reproducción se puede alargar hasta dos años”, anota el profesor Jesús Alfredo Berdugo Gutiérrez, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Orinoquia.

Agrega que, “si las vacas quedan por debajo de su peso mínimo, por ejemplo 300 kilos, apagarán su ciclo reproductivo sin importar la edad que tengan”.

Control del peso y la reproducción

Para evidenciar lo que sucede con las hembras Brahman, el profesor Berdugo y otros investigadores de la UNAL Sedes Orinoquia y Medellín tomaron 20 hembras Brahman de Cimatarra (Santander) y 20 de Santafé de Antioquia.

Según su edad las agruparon en: menores de 36 meses, de 36 a 60 meses, de 60 a 120 meses y mayores de 120 meses, y registraron la fecha y peso al nacimiento, destete y cada parto de la hembra. Así encontraron que cada animal tiene su propio peso durante su vida y que la función reproductiva depende de las variaciones en este.

También registraron 7 partos por vaca; en el primero el peso fue de 444 kilos y en el último de 500 kilos. Sin embargo, entre cada parto las hembras tuvieron fluctuaciones: caídas y subidas hasta un nuevo parto.

“Los cambios en el peso se pueden afectar por la alimentación, las condiciones con las que se cría el animal y que además vuelvan a reproducirse. Lo que proponemos es que se tenga en cuenta el peso como un indicador de reproducción, porque no es algo común en la ganadería hacer un seguimiento mensual entre cada parto” expresa el experto.

El aspecto nutricional de una vaca se relaciona por los balances en la dieta, en especial la relación energía-proteína. La alimentación normal consiste en los pastos que aportan proteínas y suele suplementarse con minerales para lograr un equilibrio.

Las pérdidas y ganancias de peso también afectan la producción de la leche, las malas condiciones corporales alteran el celo, y por ende la tasa de preñez.

“La recomendación que extendemos es no desestimar el peso de la vaca cada mes y el que tenga después de los partos, ni la edad del animal. Así se mejoraría la rentabilidad, porque este factor permitiría controlar el potencial reproductivo de la hembra y tener mejores parámetros”, indica.

La investigación contó con la participación del estudiante Javier Gelves Valencia, de Ingeniería Geológica en la UNAL Sede Orinoquia, beneficiario del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama). Para el docente Berdugo, “vincular estudiantes durante su primera fase de formación es una manera de incentivar en ellos la investigación y prepararlos para su posterior movilidad a las Sedes Andinas”.

Fuente: Agencia UNAL