Los saborizantes son aditivos que normalizan o mejoran el olor o sabor de los alimentos que se brinda al ganado para facilitar su consumo. Los saborizantes están compuestos a base de aceites esenciales naturales y sustancias aromáticas idénticas a las naturales.
En el artículo “Uso de saborizantes en rumiantes”, Luis Mesas Mora y Juan Miguel Oddo explican que “el uso de los saborizantes ha ganado mucha importancia en el campo de la nutrición de rumiantes”. (Lea: Los ‘condimentos’ que dan mejor sabor a la comida bovina)
Estas especies son sensibles a la palatabilidad del alimento, por lo cual se adicionan productos tanto naturales como sintéticos para este propósito, que incluyen lacteoreemplazadores, premezclas minerales, piensos compuestos, concentrados, entre otros.
La acción de estos aditivos es provocar una respuesta sensorial en el animal que estimule su apetito, con el fin de elevar la ingesta y, con ello, su rendimiento productivo. También hay aromas como aditivos que contribuyen en este propósito.
Con estos saborizantes se han podido utilizar diversos subproductos agrícolas así como cubrir posibles variaciones sensoriales en las materias primas, dotando de un aroma característico como “marca” identificativa a las líneas de productos.
En el artículo “Saborización e ingesta” en alimentación animal, Mesas Mora sostuvo que los saborizantes “no son muy bien comprendidos, debido principalmente a su carácter subjetivo. Son productos que han de satisfacer tanto al fabricante, al ganadero, como al animal”.
Los saborizantes están compuestos a base de aceites esenciales naturales y sustancias aromáticas idénticas a las naturales. Cada composición se orienta no solo a dar un olor o sabor determinado sino a estimular los sentidos de bienestar en la fase cefálica.
Al igual que los humanos, los animales relacionan la vista y el olor de una comida con una experiencia determinada que hará que si esa comida fue buena el recuerdo sea bueno, pero también puede ocurrir lo contrario ante olores o sabores desagradables.
Así pues la influencia de la fase cefálica dentro del comportamiento de la ingesta y de la digestión es fundamental a la hora de escoger un alimento u otro y su respuesta dependerán de multitud de factores tanto externos como internos siendo los más importantes el olor y sabor.
La palatabilidad y la apetencia influyen en el nivel de consumo, por lo cual se deben mejorar con una saborización adecuada, sobre todo en casos donde no se alcanzan niveles de saciedad. (Lea: Esto es lo que debe saber sobre la presentación física de los suplementos)
Respecto a los aromas recomendados para diferentes etapas, Mesas y Oddo apuntaron que los lácteos, la vainilla, la mantequilla, la naranja, el coco, los cítricos, el anís, la melaza o el arce pueden ser agregados en la dieta para favorecer el olor de un alimento.
Hay marcas de saborizantes tales como Luctasweet y Luctarom, este último descrito como “una mezcla de edulcorantes libres de sacarinas, estimulantes del sabor y componentes aromáticos para la alimentación de rumiantes, que proporciona un sabor dulce y persistente”.
La empresa Lucta S. A. sostiene que “estimula el consumo de forraje en sistemas de raciones totales mezcladas que mejoran la eficiencia económica de la producción láctea reduciendo la selección de alimento y a su vez aumentando la eficiencia del alimento y rendimiento del animal”.
En su trabajo de grado, el colombiano Camilo Riaño realizó una evaluación sobre el efecto de Luctarom sobre el consumo y desempeño productivo en un sistema de lechería especializada. (Lea: Miel de purga funciona como bebida energética para los bovinos)
El autor encontró que el uso de este aditivo en el suplemento sólido pre iniciador para terneras “reportó un mayor consumo en materia seca, en especial en la semana 6, donde se presentó una tendencia significativa (…) con un 155 % más en comparación con el tratamiento sin aditivo”.
De otra parte, si bien “no reflejó una diferencia significativa en su etapa de crecimiento”, sí se registró un 13 % más de ganancia de peso con respecto a los animales en el que no se utilizó. Asimismo, evidenció que los animales consumieron en menor tiempo la ración parcialmente mezclada con Luctarom frente a aquellos que consumieron dieta sin el saborizante.