El pago por servicios ambientales en fincas ganaderas además de contribuir a cuidar el medio ambiente, se constituye en una alternativa de ingresos adicionales.
Una investigación realizada por la Universidad Nacional de Colombia en 104 fincas ganaderas de Quindío y Valle del Cauca muestra los resultados favorables de este trabajo.
Gracias a la siembra de árboles y arbustos, se logró mejorar la fertilidad de la tierra, la calidad del agua, la biodiversidad, el almacenamiento de carbono y la reducción de la erosión.
De los 104 predios, con una extensión promedio de 35 hectáreas, 75 tuvieron incentivo de pago por servicios ambientales y 29 participaron como fincas control, como parte de la incorporación de Colombia en el uso del instrumento de pago por servicios ambientales en América.
El piloto se realizó en Colombia, Costa Rica y Nicaragua en el marco del proyecto regional “Enfoques silvopastoriles integrados para el manejo de ecosistemas” cuyo objetivo es incentivar en los ganaderos el cuidado sostenible del ambiente a cambio de pagos anuales. (Lea: Familias campesinas utilizan modelo silvopastoril y PSA para proteger bosques)
Los dineros entregados en ese proyecto fueron financiados por el Fondo Global para el Medio Ambiente y administrados por el Banco Mundial en un primer hito del mundo para estimular el pago por procesos de servicios ambientales en la ganadería.
Antonio José Solarte Sánchez, doctor en Ciencias Agrarias, de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Palmira, evaluó el estado del suelo de los predios que formaron parte de dicho proyecto y demostró que los ganaderos tienen más ventajas que desventajas cuando integran en sus predios árboles, animales y pasturas en un mismo suelo.
El estudio plantea la necesidad urgente de reconvertir la actividad ganadera hacia sistemas más sostenibles de producción debido a los impactos generados por esta en los ecosistemas y en la degradación de los suelos.
En tal sentido, se propuso demostrar que los sistemas silvopastoriles son una herramienta útil para la intensificación sostenible y ecológica de la ganadería, que combina en el mismo espacio plantas forrajeras –como gramíneas y leguminosas rastreras– con arbustos y árboles, en donde es posible producir carne y leche y al mismo tiempo conservar los ecosistemas.
El investigador construyó indicadores alternativos para el monitoreo de servicios ecosistémicos, que son los beneficios brindados por la naturaleza a la humanidad, en este caso el almacenamiento de carbono y la conservación de la biodiversidad a partir de la reconversión de agroecosistemas ganaderos con sistemas silvopastoriles. (Lea: Pagos por servicios ambientales se deben ampliar en Colombia)
Para tal propósito elaboró un indicador general de calidad del suelo (GISQ) que le permitió incorporar servicios ecosistémicos como la fertilidad química, la calidad física (capacidad de infiltración y compactación) y las reservas de materia orgánica y carbono.
Además, aplicó un indicador de la organización espacial (paisaje) de los agroecosistemas ganaderos para evidenciar los cambios ocurridos en la implementación de los sistemas silvopastoriles.
También propuso un índice de ecoeficiencia que incorporó indicadores de los diferentes servicios ecosistémicos y analizó variables económicas y sociales para los ganaderos como instrumento de monitoreo.
El procesamiento y análisis de la información de las diferentes variables se realizó con métodos de estadística univariada –que incluyó la descripción de una sola variable– y multivariada, que interpretó los datos resultantes de observar y analizar más de una variable tomada de forma simultánea sobre una muestra de individuos.
La investigación concluyó que “tener un paisaje multifuncional en la ganadería aliviana la pobreza, mejora la fertilidad de la tierra, la calidad del agua, la biodiversidad, la belleza escénica del paisaje, el almacenamiento de carbono y reduce la erosión, y además permitió obtener recursos en efectivo o en especie, iniciativa que ya está regulada por la normativa colombiana”.
Una de las alternativas planteadas para la reconversión de la ganadería consiste en “reorientar los sistemas de pastoreo extensivo hacia sistemas capaces de producir carne o leche y al mismo tiempo conservar los ecosistemas”, indicó Solarte, e hizo un llamado “a mostrar que una política como el pago por servicios ambientales es efectiva para lograr beneficios en el suelo, el carbono, la biodiversidad y el ingreso de las familias”.