Es necesario no castigar las praderas y conservar su fenología, es decir, su crecimiento y desarrollo. También tener en cuenta que el animal mastica, activa la planta y comienza un nuevo rebrote a partir del segundo o del tercer día. La rotación de potreros es lo recomendable. La mejor manera de no castigar una pradera es que el animal coma un día o menos y regrese a ese mismo potrero en 25 o 30 días. Esto en pocas palabras es implementar un bajo periodo de ocupación y una buena temporada de descanso. Según Felipe Aristizabal, médico veterinario, zootecnista, especialista en producción de leche y consultor agropecuario (@instagram-maristimvz_consultoagro) lo ideal sería contar con un pastor que corra la cinta o el alambre desde al lado 3 o 4 veces al día. (Lea: Rotación de potreros, herramienta para incrementar la producción) Recomienda no tener alta concentración animal en el mismo punto. “La razón es la siguiente: Cuando un animal mastica y arranca una planta se genera una cicatriz, y a raíz de esta, comienza un nuevo rebrote que producirá las nuevas hojas”, sostuvo. “El mencionado rebrote parte de una reserva energética que tiene la planta en la base. Entonces el animal mastica, activa la planta y comienza un nuevo crecimiento a partir del segundo o del tercer día”, explicó. De acuerdo con Aristizabal de esa manera evolucionaron los pastos en el mundo. “Hay que recordar que la mayoría de pastos que se trabajan en Colombia son de origen africano. Es el caso del Kikuyo, la Estrella y las Brachiarias. En África los animales andaban en manadas y se desplazaban por otros lados y un tiempo después volvían al mismo lugar. Lo que se debe hacer es imitar la naturaleza pero de una manera racional”, estimó. (Lea: Conozca un poco más sobre el pastoreo rotacional) Ajustar capacidad de carga Agregó el consultor que como las épocas del año son variables, el ganadero puede pecar por exceso de verano o de invierno. “¿Qué se debe hacer en ambos casos? Ajustar la capacidad de carga de acuerdo al momento del año en el que se encuentre”, recomendó. Los pastos van hablando. Por eso hay que monitorearlos para saber cómo van en su crecimiento y ver si hay que ajustar la capacidad de carga. Mangonear “¿Qué pasa cuando no saco a los animales y los dejo en la misma pradera? Se comen el rebrote. Lo consume cada vez que lo ve. De esa manera deteriora la reserva energética de la planta. Que es lo que ocurre en terrenos extensivos que jamás se rotan”. Afirmó que en ese caso se comienzan a mangonear los potreros. “Se van quedando solo en grama. Los pastos se deterioran y quedan como un césped de un campo de golf. En ese caso se genera un tema de control de arvenses que es más complicado y costoso”, advirtió. (Lea: Maneje bien sus potreros y ahorre dinero) “Si un ganadero no hace rotación de potreros está castigando las praderas y eso lo condena al fracaso porque acaba las praderas, el suelo, los animales y principalmente el bolsillo”, puntualizó Aristizabal.