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Foto: revistageneticabovina.com

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Nutrición durante la etapa de transición es importante para el ternero

por: - 31 de Diciembre 1969

El ternero recién nacido en condiciones naturales y hasta los dos meses de vida depende exclusivamente de la leche materna que, según el consumo de la misma y la producción láctea de la madre, pueden estar más o menos tiempo dependiendo de una dieta exclusivamente láctea.

El ternero recién nacido en condiciones naturales y hasta los dos meses de vida depende exclusivamente de la leche materna que, según el consumo de la misma y la producción láctea de la madre, pueden estar más o menos tiempo dependiendo de una dieta exclusivamente láctea.

Así lo indicó elMédico Veterinario Matías Medina, de Conecar Nutrición, quien recordó que a partir de los 60 días de vida, el ternero está en condiciones de depender exclusivamente del alimento sólido** como iniciadores peleteados, fibra de alfalfa, etc., siempre y cuando se tenga en cuenta una introducción gradual del mismo desde el primer día de nacido con presencia permanente de agua fresca y libre de microorganismos patógenos e impurezas.

El manejo de la alimentación debe obedecer a condiciones estrictas de instalaciones, para así poder adecuar el sistema más efectivo, tanto para la comodidad del ganadero como la del animal. Una opción muy válida puede ser un sistema mixto con balde individual y toma grupal a corral con el manejo de los alimentos, planteó el profesional en un artículo publicado en infortamboandina.co (Lea: Alimentación del ternero durante los primeros meses de vida)

Los sistemas individuales se pueden manejar tanto en estaca como en jaulas mientras que el grupal se lo puede implementar en corrales de grupos reducidos (menos de diez), con una asignación de espacio de 20 a 25 metros cuadrado por ternero. En todos los casos, siempre se debe contar con buen drenaje, reparo a los vientos, sombras y que la exposición al sol siempre esté presente.

Estos sistemas mixtos, permiten ser rigurosos en el manejo de ciertas categorías como el ternero hasta 30 días y los que están pronto a dejar de consumir leche, “deslecharse”, de 60 días de nacidos. Ambas etapas tienen riesgos a ciertas patologías, como pueden ser las diarreas osmóticas e infecciosas en el primer mes de vida y timpanismos ruminales en los períodos posteriores.

El desafío en la crianza grupal se centra en las enfermedades que son más difíciles de identificar y más fácil de propagar, lo que al detectarse con menor precisión se constituyen en un factor de riesgo.

Con el rumen más funcional, se debe tener precaución en el manejo de la alimentación ya que puede haber mayor predisposición al mal manejo. El consumo individual de sólidos apenas deslechado aumenta abruptamente, y por eso dicho proceso se debe hacer progresivamente, por ejemplo, bajando a una toma diaria de leche o programando los alimentadores automáticos los litros asignados según la edad del animal.

El criterio de iniciar el desleche continúa siendo el mismo: cuando come un kilo de balanceado diario se puede eliminar una toma de leche al día para ir reduciendo gradualmente el consumo de leche a lo largo de una semana. (Lea: Estos son los 3 sistemas de crianza de terneros)

La introducción gradual del ingrediente fibroso se debe ir logrando, mezclando progresivamente con el iniciador, como también se puede optar por manejarlo ad-libitum donde se debe procurar utilizar pasteras con la fuente de fibra suelta y no compactada. El desafío también pasa porque el alimento no se pudra y que esté bajo techo.

Entre las opciones de alimentos fibrosos al alcance de las posibilidades de los productores se encuentran el fardo de alfalfa de primera calidad, pellet de cascarilla de soya, pellet de alfalfa y maíz entero o una mezcla de estos dos últimos. Con estos ingredientes se busca el efecto de la masticación, la rumia y el aumento del tamaño del rumen.

Sostuvo que numerosos trabajos científicos confirman la importancia de la incorporación temprana de fibra mejorando el consumo –con mayor tiempo de rumia–, en etapas tempranas como también una mejora en el funcionamiento ruminal y eficiencia alimenticia.

Valores de hasta 25 % de fardo de alfalfa mejora linealmente el consumo y la ganancia de peso individual (GDP) como también la circunferencia torácica y abdominal.

Por todo ello, dijo, es primordial priorizar la ganancia diaria de peso en las primeras ocho semanas, con valores mínimos de 500 gramos por día para aumentar la respuesta productiva de la vaquillona de primera lactancia. (Lea: 9 pilares para criar terneros saludables)

Para lograr este cometido se debe mejorar la transición del ternero a la salida de las crianzas individuales y analizar profundamente el beneficio de las crianzas grupales iniciales.