Luego de una de las peores sequías que ha vivido el país en muchos años, productores y expertos han notado que los pequeños afluentes que solían llevar agua a sus predios desaparecieron y no han vuelto correr a pesar de las lluvias.   El pasado fenómeno de El Niño provocó una de las peores sequías del país en los últimos años así como cuantiosas pérdidas para los productores del sector agropecuario.   Julián Arboleda, ganadero y médico veterinario de Caldas, notó un hecho extraño recién se acabó el invierno atípico que ocurrió a comienzos de este año. (Reportaje: Ganadería puede contribuir a la conservación de fuentes hídricas)   “Muchas fuentes hídricas recuperaron su volumen nomal, aunque hay otras tantas que claramente no volvieron a aflorar agua. Si se vuelve a presentar un fuerte verano como el que sucedió el año pasado, sería muy grave por la escasez del líquido”, constató.   Se trata de nacimientos y arroyos que atraviesan las fincas y que constituyen una importante fuente de agua para los productores que no tienen acceso a reservorios de agua o a pozos profundos.   De acuerdo con el experto, las quebradas y los pequeños ríos también se secaron, pero recuperaron su caudal una vez iniciaron las lluvias. (Crónica: La finca ganadera que contribuye a la conservación de los páramos)   “Pero los pequeños nacimientos de las fincas, no han vuelto a aflorar así haya ocurrido un fuerte invierno. O sea que la cantidad de agua que requiere la tierra para que vuelvan muchos nacimientos que había antes del intenso verano, es mucho mayor”, dijo.   En este punto coincidió Diego Arciniegas Díaz, gerente de la empresa ganadera agroecológica Tierra Buena, quien manifestó que si bien la situación no es tan crítica, es urgente tomar medidas para frenar la desaparición de estas fuentes.       “Las fuentes de agua no se recuperan igual. Se ha comprobado que tras las afectaciones que se dan en un verano fuerte, aunque vuelva a llover y los cauces se recuperen, no es al mismo nivel que antes”, indicó. (Lea: Con ganadería sostenible se puede contribuir a la conservación del agua)   Según explicó, el agua tiende a ir hacia el subsuelo, a generar corrientes subterráneas, cuando no ve las condiciones adecuadas en la superficie.   Por esta razón, Arciniegas Díaz abogó por la implementación de medidas que eviten la degradación de las fuentes naturales como la reforestación y el encerramiento de las fuentes. Asimismo, se deben eliminar las prácticas que afectan al medio ambiente.   El gerente de Tierra Buena relató que en un viaje que realizó a los municipios de Cartagena del Chairá y San Vicente del Caguán, en Caquetá, observó consternado cómo la gran mayoría de campesinos apelan a la quema de bosques y la tala de árboles.   También desaconsejó que los animales beban directamente de los cauces, porque pueden contaminarlos, así como la extracción del líquido vital en exceso.   Más que solicitar un control más estricto de los entes territoriales, que igual exigió, el experto evidenció la necesidad de enseñar a los ganaderos a proteger sus fuentes y cómo deben hacerlo. (Lea: Sistemas silvopastoriles ayudan a conservación del agua)   “Parte del encerramiento que se hace, es para que se haga con especies nativas. Lo que se busca es que la reforestación se haga con las mismas especies que están en la zona para que nazcan los palos que traen agua”, puntualizó.