Este problema reproductivo afecta la rentabilidad de las explotaciones pecuarias en la costa norte de Colombia. Expertos señalaron los factores que lo causan.
La muerte embrionaria es la pérdida del embrión en las primeras etapas de gestación, generalmente antes de los 42 días de preñez. Este fenómeno pasa desapercibido en muchos casos, ya que las vacas pueden volver a presentar celo sin que el ganadero se percate de la pérdida.
Aspectos como el estrés calórico, la deficiente alimentación, enfermedades reproductivas y un manejo inadecuado de la producción pueden provocar pérdidas en los hatos. Sin embargo, estrategias de prevención pueden minimizar estos impactos. (Lea en CONtexto ganadero: 7 tipos de factores que pueden provocar muerte embrionaria o aborto (parte 1))
Sergio Montenegro, productor en Pivijay (Magdalena), relató su experiencia con la muerte embrionaria en búfalas de su finca, lo que le permitió identificar la causa específica que afectaba a su hato.
“Nosotros pudimos diagnosticar que las pérdidas embrionarias se daban en un proceso de resincronización de IATF (inseminación artificial a tiempo fijo). Sospechamos que los dispositivos intravaginales podrían estar transmitiendo bacterias desde el fango, generando vaginitis y, en consecuencia, la muerte del embrión”, explicó Montenegro.
Su equipo de trabajo tomó la decisión de modificar el protocolo de inseminación, esperando 10 días adicionales para confirmar preñeces antes de volver a aplicar los dispositivos. ¿El resultado? Cero casos de muerte embrionaria.
“Fue una lección importante. Ahora, en lugar de resincronizar indiscriminadamente, nos aseguramos de aplicar los dispositivos solo a las hembras que realmente lo necesitan”, aseguró el productor.
Problema de gran impacto
Según Hernando Barahona, médico veterinario y director del programa Embriogán de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), este es un problema subestimado, pero de gran impacto en la producción ganadera.
El experto advirtió que las altas temperaturas y los periodos de sequía extrema en la Costa Atlántica afectan la fertilidad del ganado debido al estrés calórico.
“Las vacas pierden condición corporal porque los productores no hacen conservación de forrajes, no preparan heno ni silos, lo que genera deficiencias nutricionales en épocas críticas”, explicó el experto.
Además, señaló que las enfermedades reproductivas son otro factor clave en la incidencia de la muerte embrionaria. En regiones como La Guajira, Cesar, Magdalena y Bolívar, la falta de rigor en los planes de vacunación expone a los animales a virus y bacterias que comprometen la viabilidad del embrión.
Factores influyentes
De acuerdo con Gabriel Ávila Álvarez, médico veterinario zootecnista y asesor en reproducción y sanidad bovina, existen cuatro causas de muertes embrionarias:
1. Estrés calórico y clima extremo.
2. Deficiencias nutricionales.
3. Enfermedades reproductivas.
4. Manejo inadecuado de inseminación artificial y monta natural.
El profesional confirmó que la muerte embrionaria es una de las principales barreras para la eficiencia reproductiva de los hatos en la región. Desde su experiencia, afirmó que las soluciones pasan por un enfoque que abarque manejo, nutrición y sanidad.
“El estrés calórico es un factor determinante. Cuando la temperatura y la humedad son demasiado altas, las vacas no pueden regular su temperatura corporal adecuadamente, lo que afecta la calidad de los óvulos y la función del cuerpo lúteo”, describió Ávila Álvarez.
Para contrarrestar este problema, Barahona recomendó implementar sistemas silvopastoriles y mejorar el acceso a agua limpia y fresca. Ambos profesionales sugieren realizar la inseminación o la monta natural en las horas más frescas del día para aumentar las probabilidades de éxito reproductivo.
En cuanto a la nutrición, es clave suministrar una suplementación adecuada por medio de minerales esenciales como fósforo, cobre y selenio, que afectan directamente la viabilidad embrionaria.
Finalmente, desde el punto de vista sanitario, Ávila Álvarez subrayó la necesidad de aplicar programas de vacunación rigurosos para evitar enfermedades como brucelosis, leptospirosis, diarrea viral bovina (BVD), rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR), asociadas a la pérdida embrionaria. (Lea en CONtexto ganadero: Las pérdidas por mortalidad embrionaria)