En España y México las lactancias o lactaciones prolongadas han ganado popularidad como una estrategia para optimizar la producción lechera y reducir costos. Manuel Fernández experto en ganadería y colaborador del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, las destacó de la siguiente manera en el portal Cowsulting.

“Las lactaciones prolongadas pueden ser beneficiosas en sistemas bien manejados, especialmente para vacas de alta producción y en explotaciones que buscan reducir costos reproductivos".

En México, medios especializados como BM Editores exaltaron las ventajas de esta práctica. Destacan entre sus virtudes que mejoran la fertilidad, ya que, al fecundar las vacas, después del pico de lactancia, se evita el balance energético negativo, lo que reduce problemas reproductivos.

También precisan que disminuyen el riesgo de enfermedades postparto como cetosis, hipocalcemia y metritis y que reducen costos debido a menos partos que implican una baja en la producción de leche y poca necesidad de vaquillas de reemplazo, lo que conllevaría a un ahorro en inseminación y alimentación.

Sin embargo, esta estrategia no está exenta de desafíos. Manuel Fernández advirtió en el artículo de Cowsulting que, incluso en estos países: "algunas vacas pueden experimentar una caída en la producción al extenderse la lactancia, lo que afecta la eficiencia económica”. Además, la gestión del período seco se complica, ya que es crucial para la regeneración del tejido mamario.

¿Por qué no funciona aquí?

A pesar de los beneficios en otros países, en Colombia las lactancias prolongadas no son recomendables para la ganadería de trópico. En entrevista para CONtexto ganadero, Hernando Barahona, médico veterinario zootecnista, explicó que lo que recomienda es que en lugar de alargarlas es más rentable enfocarse en mejorar las tasas de preñez y emplear estrategias como el beef on dairy (cruces para producción de carne), un modelo de mejoramiento genético con el que se hace mucho más eficiente la selección genética y los cruzamientos.

"En las lecherías que tenemos acá en el trópico, no veo muy viable las lactancias prolongadas", insistió Barahona.

Y es que entre las razones por las que esta práctica no es adecuada en nuestro país se destacan las condiciones climáticas del trópico, dado que presenta altas temperaturas y humedad, lo que afecta el estrés térmico de las vacas y reduce su producción láctea.

Hay que entender que la genética bovina de las razas adaptadas al trópico no tiene la misma persistencia de lactancia que las de alta producción utilizadas en Europa o Norteamérica.

En cuanto a la rentabilidad hay que tener en cuenta que los costos de alimentación y manejo son altos, por lo que prolongar las lactancias no garantiza un retorno económico significativo.

Alternativas recomendables

Algunas alternativas que sí se recomiendan en el país son el mejoramiento genético usando cruces que combinen alta producción lechera con adaptabilidad al trópico.

También se recomienda un buen manejo reproductivo para optimizar las tasas de preñez y reducir los intervalos entre parto; así como los reconocidos sistemas silvopastoriles, los cuales integran árboles y pastos para mejorar la alimentación del ganado y reducir el estrés térmico.

Finalmente, se insiste en el beef on dairy con terneros machos de razas lecheras para producción de carne, que permita generar ingresos adicionales.

“La lactancia prolongada es un sistema no aplicable a producción tropical, pues se puede concluir que no son productivas", reiteró Barahona, quien señaló que, en su lugar, los productores colombianos deben enfocarse en estrategias adaptadas a su realidad que les permitan mejorar la rentabilidad y sostenibilidad de sus explotaciones lecheras.