Los animales de la raza montbéliarde son de fácil adaptación a las condiciones del país y su manejo es sencillo y a bajo costo, lo que permite una buena rentabilidad en los hatos donde se utilizan.

Según César Augusto Calderón, administrador de la Hacienda La Bombonera, en Fusagasugá (Cundinamarca), es la raza pura que mejores resultados entrega en sistemas de producción a bajo costo.

Estos animales otorgan las ventajas del trabajo con ganado puro mediante la logística que puede brindarse a animales cruzados, dijo el experto en una nota de La Finca de Hoy.

Es una raza muy fácil de manejar y contrario a lo que se puede pensar los costos no son superiores a los de cualquier otra raza.

En esta finca los animales montbéliarde reciben el mismo manejo que cualquier otro ganado y un factor fundamental es la higiene, lo cual aplica para todos los animales de la finca porque eso evita graves afectaciones, especialmente en temas de salud.

Sus aptitudes de independencia, rusticidad y adaptabilidad se perciben desde los primeros días de vida, basta con que la vaca garantice el suministro total de calostro para que la separación de la madre e hijos se realice inmediatamente. (Lea: Montbéliarde, una raza de fácil manejo en cualquier hato ganadero)

Después que paren las vacas, las crías están cuatro días con ellas tomando el calostro que le brindará los anticuerpos necesarios para su desarrollo, y de allí pasan a su pesebrera o cuna donde se les alimenta durante tres meses con leche y concentrado.

El desarrollo de los animales

La alimentación del becerro en ausencia de la madre es la leche que se le suministra por medio de un biberón.

El aprendizaje rápido de la ingesta de sólidos permitirá que la cantidad de leche que se le suministra al ternero sea cada vez menor. El primer mes se maneja con dos litros en la mañana, otros dos al medio día y dos más en la tarde.

Después del mes se le quita el del medio día y solo se les da en la mañana y en la tarde. Cuando han pasado dos meses solo se les deja los dos litros de la tarde hasta que cumple tres meses cuando comienza su ciclo de concentrado que consiste en dos kilos diarios, uno por la mañana y el otro en la tarde.

El trabajo dietario va ligado a una serie de acciones que garantizan la sanidad de cada uno de los animales.

Después de los tres meses se inicia con la desparasitación interna y cada mes se les purga. Así mismo cada mes se pesan los animales para saber cuánto están ganando y tomar las medidas del caso. (Lea: Las bondades de la raza Montbéliarde)

Todo lo que se hace en la finca lleva registros, siempre se tiene el ciclo de purgado, de pesaje, lavado para la garrapata, aunque esta raza es muy resistente a toda clase de parásitos, tanto internos como externos, señaló Calderón.

De pesebreras a potreros

Los procesos se realizan en espacios cerrados hasta que los bovinos hayan alcanzado la edad suficiente para enfrentarse al potrero y aprender a consumir lo que en adelante será su única alimentación: los forrajes en pastoreo, sal mineral y agua a voluntad.

Los animales entran al potrero con un peso aproximado entre 180 y 200 kilos. Después de los tres meses se les quita la leche y se les da el concentrado y duran hasta los seis meses en las pesebreras. Después de ese tiempo salen a mangas para que se enseñen al pasto verde y de ahí pasan a donde está el resto de animales. Se estima que cada animal debe tener una ganancia de peso de 20 kilos por mes.

Para este ganadero, los trabajos se ven gratamente recompensados porque un ternero de ganado criollo se puede vender en $800 mil aproximadamente, pero, en el caso del mismo animal de la raza montbéliarde como se trata de un animal de calidad, puro, de raza, certificados para leche, se puede vender entre $4 millones y $5 millones. “La inversión es poca y la rentabilidad alta”.
.