A nivel nacional se han realizado estudios en los cuales se han evaluado diferentes tipos de forrajes para determinar cómo establecer una dieta en la nutrición de los bovinos que ayude a reducir la producción de tales gases.
Según el médico veterinario Jairo López, en una nota de La Finca de Hoy, a los bovinos se les echa la culpa de las altas producciones de gas metano y con el tema del calentamiento global se está muy pendiente de la producción bovina.
Se sabe que el gas metano lo produce el ganado por la digestión en el rumen vía eructo y por eso la forma más fácil de reducir las emisiones es implementar las buenas prácticas en las praderas. (Lea en CONtexto ganadero: Cambios en la dieta bovina reduciría emisiones de metano)
Según indicó, la actividad ganadera genera entre el 15 y 20 % de gas metano a nivel mundial y un bovino empieza a emitirlo a los pocos días de nacido cuando comienza a consumir materia seca y cuando es adulto puede llegar a producir hasta 120 kilos de gas al año.
Para evitar llegar a esas cantidades, entre las buenas prácticas que se deben emplear en las praderas está el manejo de la rotación de potreros para asegurar que los animales consuman los pastos tiernos y no los viejos, dado que así es mucho más fácil que ellos realicen la digestión bajando los contenidos de fibra produciendo menos cantidad de gas.
En el rumen hay un gran contenido bacteriano y dentro de esas bacterias están las metanogénicas que son las encargadas de ayudar a la digestión cuando los contenidos de fibra son muy altos, explicó el profesional.
Lo ideal sería que los productores estuvieran pendientes que sus animales consuman pasto con 60 o 70 días de maduración, ya que pasturas con más de cien días presentan un alto contenido de fibra que a los animales les costará digerir.
Aunado al manejo de las praderas, una de las recomendaciones más importantes en la alimentación es combinar siempre gramíneas con leguminosas. (Lea en CONtexto ganadero: El sauco en la dieta para vacas disminuiría emisiones de metano)
Esta mezcla ayuda a aumentar los contenidos de proteína y de energía en los pastos al tiempo que contribuyen a reducir el contenido de fibra de los mismos. Al mezclar gramíneas con leguminosas se puede disminuir hasta en 20 o 30 % la producción de gas metano en las vacas.
Dependiendo de la zona donde se encuentre la finca la combinación de forrajes varía acorde a la adaptabilidad de los pastos, al clima o a los suelos presentes.
En la provincia de Rionegro, en Cundinamarca, se siembra carretón, trébol y también se está usando mucho como arbórea el chachafruto ya que el fruto le gusta mucho a los animales y ayuda a subir el contenido de proteína.
Actualmente en el mercado existen productos para agregar al pasto de corte o al concentrado de los animales que ayudan a bajar los contenidos de fibra y así disminuir las emisiones de gas metano.
Dichos productos deben ser suministrados de manera cuidadosa ya que son fuertes para el organismo de los animales y una sobredosis ocasionaría intoxicación, concluyó López.