La intersiembra de forrajes en clima frío contribuye a incrementar la producción en ganadería de leche, según la experiencia de Juan Miguel Santana, de la Hacienda Nukuma, en la vereda San Isidro (Zipaquirá).
Este productor que desarrolla su ganadería especializada en leche con la raza Ayrshire, a una altura de 2.900 metros sobre el nivel del mar señaló en una charla de TVGan, que hacer la renovación es una inversión que sirve porque se ve en el volumen de leche y en las condiciones reproductivas del animal porque hay un mayor número de celos, la efectividad y la inseminación mejoran.
En Nukuma se viene haciendo un trabajo en renovación de praderas con el fin de mejorar la calidad nutricional y el volumen de forraje que se le puede brindar a los animales. (Lea: Cuente las hojas de su raigrás antes de llevar vacas a pastorear)
De los doce meses del año hay nueve con lluvias fuertes y una temperatura promedio de 8 grados centígrados y por las mañanas de 4 grados y por eso se seleccionó la raza ayrshire que es robusta, bastante fuerte para estas condiciones, fuerte movilidad en pezuñas, muy aguantadora al frío y a las condiciones adversas que se tienen en la finca, indicó Santana.
Se han hecho varios ensayos, inicialmente le apostaron al kikuyo pero por las condiciones climáticas de la zona tiene unas rotaciones de 80 días para poder llegar a la cosecha. A partir de ahí empezaron a hacer ensayos e hicieron un monocultivo con raigrás e identificaron que se comporta muy bien pero por las condiciones de ladera que tiene la hacienda más la tierra negra y el pisoteo del ganado empezaron a tener zonas donde se les crean calvos y eso afecta la productividad y facilita el surgimiento de las malezas.
Por eso, dijo, es importante seguir con el tema de la renovación permanente, en algunos potreros puede ser una vez al año pero en otros pueden ser dos o tres veces.
En los potreros donde se ha hecho la intersiembra el aforo se sube y la rotación se baja y el volumen de leche crece entre 2 y 2,5 litros de leche por animal al día.
Por su parte, el director técnico de forrajes de Sáenz Fety, Raúl Rojas, manifestó que inicialmente en esa finca las praderas que existían eran básicamente kikuyo y algo de falsa poa, el primero no tenía un buen crecimiento o era muy lento y su producción de forraje era muy baja. (Lea: Por qué consumir el Raigrás entre el día 25 y 35 de crecimiento)
Por esta razón se empezaron a introducir materiales más adaptados a estas condiciones de altura como los raigrases con el fin de obtener un mayor volumen de forraje, una recuperación de la pradera mucho más rápida y una calidad nutricional mucho mejor con el fin de incrementar la producción de leche.
Teniendo en cuenta que el kikuyo es el principal forraje que se encuentra en las zonas de clima frío en Colombia se debe buscar la mejor metodología para introducir nuevos materiales en los potreros con el fin de tener una mejor calidad nutricional y una mayor producción ya sea de leche o de carne en los animales.
Para eso existen varias metodologías, una de ellas es acabar completamente con el kikuyo, dejar solo tierra, regar semilla, por ejemplo de un raigrás y establecer monocultivo de esta especie, esa decisión se debe tomar teniendo en cuenta el tipo de finca.
El kikuyo crece bien en un rango entre los 2.000 a 2.800 metros sobre el nivel del mar, por encima de ello el crecimiento es muy lento y la productividad no es igual como en las regiones más bajas. (Lea: Así se distinguen los ryegrass anuales, intermedios y perennes)
En las regiones de 2.500 a 2.600 m.s.n.m. hay algunas regiones del país donde se presentan problemas con heladas en ciertas épocas del año donde la finca se queda sin comida por esta razón es importante introducir nuevos materiales con el fin de tener una producción de forraje constante a lo largo del año.
Adicional a que se introduce otro material se va a tener una mayor calidad nutricional en la pradera, brindando una dieta más adecuada a los animales para que logren incrementar la producción de leche o de carne.
Otra metodología para introducir este tipo de materiales como raigrases o tréboles es introducir dentro del kikuyo raigrases o tréboles haciendo intersiembra. También si se tienen ordeños en el potrero en el sitio donde quedan espacios vacíos se puede regar semilla para incrementar o tener una población de un nuevo forraje.
La humedad es tan alta que cuando se está en pleno invierno las vacas generan una compactación muy alta en el suelo.
Otra metodología es hacer un rallado con el renovador y por los surcos colocar semilla de raigrás. (Lea: ¿Conoce las mezclas de ryegrass para mejorar la producción en trópico alto?)
Debido a la alta pluviosidad de la finca el monocultivo del raigrás no es la mejor opción porque su vida útil va a ser muy corta debido a que el casco del animal va dañando mucho el suelo y acabando con muchas plantas y eso afecta la producción de forraje y la vida útil de la pradera.
Cuando se mezcla el kikuyo con el raigrás a través de una intersiembra es importante tener en cuenta la metodología a utilizar; puede ser simplemente un renovador de praderas o adicional a ello un rotovador con cuchilla recta para tener una mayor densidad de plantas de raigrás por metro cuadrado.
Eso va a depender del suelo y de la maquinaria disponible, así como del objetivo del potrero.
Con el mejoramiento de los pastos también se contribuye al bienestar animal.