Con el objetivo de mejorar la genética del ganado y su resistencia a la tuberculosis bovina, un grupo de científicos ha desarrollado un proyecto que consiste en mapear genes activos e inactivos en células inmunes pulmonares especializadas, que juegan un papel clave en la lucha contra esta enfermedad.
Así lo reseña un artículo publicado en el portal animalshealth.es, donde se indica que para infectar al ganado las bacterias de la tuberculosis modifican la actividad genética en los cromosomas de las células.
Uno de los descubrimientos de esta investigación, desarrollada entre la University College Dublin (UCD) de Irlanda y el Instituto Roslin de Escocia, es que las células pulmonares claves, llamadas macrófagos alveolares, son las primeras células inmunes que encuentran la bacteria que causa la tuberculosis bovina durante la infección.
Por consiguiente, para mapear qué genes en estas células están activos o alterados durante la infección, el equipo investigó todos los cambios químicos en los cromosomas de los macrófagos infectados. Concluyeron que durante la infección las bacterias modifican la actividad genética en los macrófagos para facilitar su supervivencia dentro de estas células. (Lea: ICA convoca a veterinarios y zootecnistas para ser inspectores de programas de brucelosis y tuberculosis)
Los estudios que apuntan a mejorar la genética de los animales y la resistencia a esta enfermedad podrían beneficiarse de estos hallazgos.
La tuberculosis bovina es causada por una infección con Mycobacterium bovis, una micobacteria que también puede causar enfermedades en otros mamíferos, incluidos los humanos.
Se trata de una enfermedad compleja que supone una amenaza tanto para el ganado como para los humanos y ha sido difícil de controlar en muchos países y causa pérdidas de hasta US$3.000 millones cada año.
David MacHugh, profesor de la UCD, afirmó que “nuestro estudio ayudará a reducir significativamente las regiones genómicas de interés para los programas de cría para mejorar la resistencia del ganado a esta importante enfermedad”.
Entre tanto, Douglas Vernimmen, investigador del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo explicó que “hemos utilizado la epigenómica para mapear elementos reguladores en células”. (Lea: Importantes observaciones al proyecto de tuberculosis hace Comité técnico)
Añadió que “estos hallazgos resaltan la importancia de colaborar con socios internacionales”.
Entre tanto, científicos de la Universidad de Surrey (Inglaterra) desarrollaron una nueva vacuna y una prueba cutánea complementaria para proteger al ganado contra la tuberculosis bovina, según una nota del portal mundoagropecuario.com
Al publicar sus hallazgos en la revista Scientific Reports, los investigadores revelan que por primera vez han creado una vacuna que es compatible con una forma sintética de la prueba cutánea de tuberculina (PPD), una prueba legalmente requerida que se utiliza para la vigilancia de la tuberculosis en el ganado en todo el Reino Unido.
Durante este estudio innovador, los investigadores buscaron hacer una nueva cepa de vacuna BCG que carezca de algunas de las proteínas que se comparten con el patógeno Mycobacterium bovis mediante la identificación de genes que contienen proteínas inmunogénicas codificadas que podrían eliminarse de BCG sin afectar su capacidad para funcionar como un vacuna viva. Para hacer esto, se inyectó una colección de cepas de BCG que habían perdido un solo gen en vacas y se midieron las tasas de supervivencia. Esto permitió al equipo identificar genes que podrían eliminarse sin comprometer la efectividad de la vacuna BCG. (Lea: Buenas prácticas ganaderas ayudarían a identificar neosporosis bovina)
Estos genes prescindibles que codifican proteínas inmunogénicas se eliminaron del cromosoma BCG para formar una cepa BCG-minus. Las proteínas inmunogénicas eliminadas se usaron para desarrollar una nueva prueba de piel sintética que, como PPD, será positiva para los animales que han sido expuestos a la TB pero, a diferencia de PPD, será negativa para los animales que han sido vacunados con la cepa BCG-minus.
La eficacia protectora de la nueva cepa se probó en cobayas. Se encontró que los conejillos de indias infectados con tuberculosis bovina dieron positivo para la enfermedad usando la prueba de piel sintética, mientras que los conejillos de indias vacunados con la cepa BCG-minus no lo hicieron. Entonces, a diferencia del PPD, la nueva prueba cutánea también funciona en animales que están protegidos contra la TB por la vacuna BCG-minus. Potencialmente, esto permite a los granjeros y veterinarios proteger a sus animales con la nueva vacuna BCG, mientras se mantiene una prueba de diagnóstico que detectará la TB.
Johnjoe McFadden, profesor de Genética Molecular en la Universidad de Surrey, dijo que “para controlar la propagación de la tuberculosis bovina, la vacunación efectiva y el diagnóstico temprano preciso de la enfermedad son críticos. Esta nueva vacuna proporciona protección contra la tuberculosis bovina y ayudará en la lucha contra esta enfermedad mortal que infecta a más de 50 millones de bovinos en todo el mundo y es económicamente devastadora para los productores”.