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Maximizar el bocado y limitar el pastoreo para mejorar eficiencia

por: - 31 de Diciembre 1969

De acuerdo con un experto argentino consultado por CONtexto ganadero, una de las claves para incrementar el rendimiento de los bovinos es reducir el tiempo que pasan en las praderas y acostumbrarlos a consumir más forraje en periodos más cortos.

De acuerdo con un experto argentino consultado por CONtexto ganadero, una de las claves para incrementar el rendimiento de los bovinos es reducir el tiempo que pasan en las praderas y acostumbrarlos a consumir más forraje en periodos más cortos.   Fernando Bargo, PhD en Ciencia Animal de la Universidad Estatal de Pensilvania en Estados Unidos, resaltó que una de las 3 claves de bienestar animal para conseguir mejores conversiones de forraje en carne y leche consiste en limitar la cantidad de tiempo que los bovinos pasan en el potrero.   “Un investigador de Uruguay revisó varios trabajos y encontró que los turnos de pastoreo no deberían ser mayores a 3 horas, porque la vaca empieza a gastar tiempo en no pastorear”, señaló. (Lea: Claves de bienestar animal para mejor conversión de forraje en carne y leche)   Para ponerlo en práctica, Bargo recomendó que después del ordeño de la mañana, los animales sean conducidos al potrero y los dejen pastar durante 3 horas. Por ejemplo, si entran a las 7 de la mañana, a las 10 deben sacarlos de esa pradera y se lleven a otra.   El experto enfatizó en la necesidad de acostumbrar a las reses a estos horarios, teniendo en cuenta que los bovinos se acostumbran con facilidad a los tiempos establecidos. Así pues, si se les reducen los plazos para alimentación, empezarán a comer más rápido y en mayores cantidades.   “La tasa de bocado y el número de bocados que realiza en esas 3 horas, es más alto”, añadió Bargo, quien también explicó que esto guarda relación en alguna medida con el pastoreo racional. (Lea: Conozca cómo las vacas se acostumbran a rutinas de ordeño)   En esta medida, al igual que lo propone este método, cuando una vaca entre a una pastura, debe tener una condición inicial de biomasa con una oferta adecuada y una estructura correcta, de manera que pueda maximizar la mascada.   “El bocado en una pradera de buena calidad es aproximadamente 0,4 a 0,6 g de MS. Normalmente, la vaca se ve forzada a dar muchos bocados para ingerir el alimento necesario. Con el pastoreo racional, buscamos que el forraje tenga una buena presentación para que el bovino no tenga que moverse mucho para dar buenos mordiscos, y lo más pesados posibles”, indicó.   Bargo precisó que los rumiantes han seleccionados por la naturaleza para consumir grandes cantidades de comida en tiempos cortos, pues tenían que resguardarse de los depredadores. (Informe: Las fórmulas para calcular la cantidad de materia seca)   Los bovinos conservan ese instinto, por lo cual el académico argentino recalcó que los bovinos deben contar con una buena oferta de forraje y disponer de tiempo suficiente para echarse a descansar y hacer la rumia.   En consecuencia, aconsejó conservar un buen manejo de pastos, con fertilización oportuna para su crecimiento óptimo. En este caso, recordó que el único defecto de una pradera bien manejada es el exceso de agua, pero en cambio no tienen déficit de nutrientes.   “Por ejemplo, se recomienda que con el kikuyo, se tenga una oferta de biomasa inicial entre 3.000 y 3.500 kg de materia seca por hectárea, para dejar biomasa finales de 1.500 a 1.700 kg. Los kikuyos y los raigrases no se manejan tanto por altura, sino por biomasas iniciales y ofertas restringidas, que deben ser entre 15 y 20 kg de MS por vaca”, concluyó Bargo.