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Búfalos en Colombia: el futuro rentable y sostenible de la ganadería

Foto: Bufalera La Esperanza

En Bufalera La Esperanza del criador Giovanny Pérez, están comprometidos con la sostenibilidad.

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Más leche y mejor precio hacen del búfalo una apuesta rentable

por: Melanny Orozco- 31 de Diciembre 1969

En los últimos años, la ganadería bufalina se ha convertido en una alternativa provechosa y sostenible. Así lo aseguró Giovanny Pérez, propietario de Bufalera La Esperanza, que nos compartió su experiencia con este tipo de animales en producción lechera.

En los últimos años, la ganadería bufalina se ha convertido en una alternativa provechosa y sostenible. Así lo aseguró Giovanny Pérez, propietario de Bufalera La Esperanza, que nos compartió su experiencia con este tipo de animales en producción lechera.


La resistencia de estos animales a climas adversos, su eficiencia alimentaria y la alta calidad de su carne y leche han captado la atención de un número creciente de productores. Hoy, cientos de fincas en todo el país han apostado por este modelo productivo con resultados alentadores.

Giovanny Pérez, propietario de la Bufalera La Esperanza, ubicada en el departamento del Magdalena, es un claro ejemplo de esta transformación.

Hace nueve años, decidió abandonar por la cría de bovinos y apostar únicamente por los búfalos. El resultado de este cambio es un negocio próspero, estable y con una rentabilidad que, según sus propias palabras, hace que el regreso a la ganadería tradicional sea impensable. (Lea en CONtexto ganadero: El búfalo toma fuerza en Colombia: cifras y razones del auge)

De acuerdo con Pérez, “desde que ingresamos con los búfalos, ha sido un camino sin retorno. La rentabilidad, docilidad, la adaptación de estos animales son impresionantes. En comparación con los bovinos, su productividad es superior y su resistencia a las condiciones climáticas extremas nos ha permitido mantener la producción sin mayores contratiempos”.

Uno de los principales atractivos de la ganadería bufalina es la producción de leche, que en su finca ha sido el pilar del negocio.

El mercado paga mejor la leche de búfala debido a su mayor contenido de sólidos. Además, es del tipo A2, lo que significa que contiene beta-caseína A2, una proteína que facilita la digestión y puede ser consumida por personas con intolerancia a la lactosa.

Su composición la hace atractiva para las empresas procesadoras de derivados lácteos, ya que rinde más en la producción de productos como queso mozzarella y yogurt.

En palabras de Pérez, “un litro de leche de búfalo se paga en promedio $1.000 pesos más que la de vaca. En este momento, mientras la leche bovina está en $1.800 pesos en algunas regiones por litro, la nuestra sigue en $2.800. Además, para hacer un kilo de queso costeño con leche de vaca se necesitan 8.5 litros, pero con la de búfalo solo entre 4.5 y 5 litros. Eso la hace mucho más rentable”.

Para el profesional, a estas bondades hay que sumarle la reproducción. En la ganadería bufalina, los porcentajes de preñez superan el 90 por ciento, lo que traduce en mayor producción sin necesidad de grandes inversiones adicionales.

Estos animales poseen una capacidad metabólica que les permite aprovechar mejor los recursos forrajeros. En épocas de sequía, mientras el ganado bovino reduce drásticamente su rendimiento, los búfalos se mantienen más estables. Esto se debe a su habilidad para consumir leguminosas y otros forrajes de menor calidad sin que su rendimiento se vea afectado.

Pérez resalto que “a pesar del verano, la producción de leche no ha disminuido. Los requerimientos alimenticios del búfalo son similares a los del bovinos, pero se complementan mejor con leguminosas y tienen una mayor eficiencia metabólica. En nuestra finca, implementamos el suministro de heno y silo desde enero, y gracias a esto, la producción se ha mantenido estable”.


Búfalos y sostenibilidad


Otro factor clave en la popularidad de los búfalos es su menor impacto ambiental.

“En Bufalera La Esperanza estamos comprometidos con la sostenibilidad. Respetamos el principio de los humedales, pues sabemos que los búfalos se desarrollan perfectamente en estos ecosistemas sin causar daños. Su pisoteo no compacta el suelo y su comportamiento natural los hace una opción ideal para el trópico seco en el que estamos ubicados”, destacó Pérez.

El reconocimiento a la importancia de esta especie en la región llevó a sus habitantes a construir un monumento al búfalo, considerado el más grande de América. Este tributo refleja no solo el agradecimiento de los productores, sino también el impacto positivo que la ganadería bufalina ha tenido en la economía local.


Un futuro con riesgos


Según el Manual Práctico Ganadero de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), uno de los desafíos es el manejo reproductivo, ya que los búfalos tienen una tasa de reproducción más baja que los bovinos y requieren un control estricto en la inseminación para evitar sobrecostos.

Sin embargo, en condiciones adecuadas, estos animales pueden alcanzar la pubertad entre los 15 y 24 meses, con pesos óptimos para su reproducción.

Para productores como Pérez, la decisión ya está tomada: “No me cambio por nada del mundo. Este negocio es estable, rentable y sostenible. Quien prueba con búfalos, no vuelve atrás”. (Lea en CONtexto ganadero: Campo Alegre maneja búfalos con ganadería regenerativa y permacultura en sabana inundable)