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Foto: lavoz.com.ar - Mario Salami

Más de mil millones de vacas en todo el mundo podrían sufrir estrés por calor para el final del siglo si las emisiones de carbono siguen altas y la protección ambiental no mejora.

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Más de mil millones de vacas sufrirán estrés por calor a finales del siglo XXI

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

La expansión de la ganadería y el cambio climático desenfrenado podrían exponer a más de mil millones de vacas al estrés por calor. Así lo reveló un estudio que habla sobre el riesgo que corren los animales en diversas regiones, como América Central, América del Sur tropical, África ecuatorial y partes de Asia.

El estudio realizado por investigadores de las universidades de KwaZulu-Natal, Ciudad del Cabo y Chicago examinaron las condiciones actuales de calor y humedad en todo el mundo para predecir cómo pueden afectar al ganado en las próximas décadas en función de los diferentes niveles de emisiones y uso de la tierra.

Según esta investigación, más de mil millones de vacas en todo el mundo podrían sufrir estrés por calor para el final del siglo si las emisiones de carbono siguen altas y la protección ambiental no mejora. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Por qué la ubre de vacas lecheras se ve afectada por el estrés calórico?)

Esto afectaría gravemente la cría de ganado en diversas regiones, incluyendo América Central, Suramérica tropical, África ecuatorial y partes de Asia. El estudio también descubrió que reducir rápidamente las emisiones manteniendo los niveles actuales de producción de vacas bajaría estos impactos en al menos un 50 % en Asia, un 63 % en Suramérica y un 84 % en África.

El calor extremo afecta negativamente al ganado en aspecto como fertilidad y desarrollo de terneros, llegando a provocar la muerte de los animales. También afecta la producción de leche de las vacas lecheras, afectando la rentabilidad de la ganadería, el bienestar animal y los ingresos de los ganaderos. (Lea en CONtexto ganadero: Cambio climático afecta cada vez más a los ganaderos del país)

La Dra. Michelle North, veterinaria e investigadora de la Universidad de KwaZulu-Natal, dijo para el portal Tech Explorist: «Nuestro estudio muestra claramente que el ganado está cada vez más expuesto a temperaturas que afectan su bienestar, reducen el crecimiento y la producción y potencialmente conducen a un aumento de muertes en muchas partes del mundo que actualmente son considerados territorios privilegiados para la ganadería. También es importante recordar que aquí solo estamos analizando el estrés por calor y no consideramos cambios en la disponibilidad de agua».

Los investigadores proyectan que si las futuras emisiones de carbono son altas, nueve de cada diez vacas experimentarán 30 o más días de estrés por calor al año. Por su parte, más de tres de cada diez bovinos lo compartirán durante todo el año a finales de siglo. Si bien las naciones tropicales serán las más afectadas, muchas otras partes del planeta, incluidas Europa y América del Norte, enfrentarán varios meses de estrés térmico al año. Algunas partes de Japón, Australia y México, entre otras, tendrán 180 o más días de estrés por calor cada año.

El Dr. Christopher Trisos, ecologista e investigador del cambio climático de la Universidad de Ciudad del Cabo, declaró: «Hemos visto los impactos mortales para los humanos del cambio climático que intensifica las olas de calor, pero los animales que nos alimentan también corren un grave riesgo por el calor. Necesitamos actuar ahora para limitar el riesgo».

Los ganaderos deberán adaptarse al aumento de las temperaturas y la humedad mediante medidas costosas como sistemas de ventilación y cambio de razas ganaderas. Sin embargo, estas soluciones serán limitadas en su aplicabilidad y viabilidad. (Lea en CONtexto ganadero: Pautas para prevenir el estrés calórico en el ganado ante las altas temperaturas)

Los expertos enfatizan que las acciones actuales tendrán un impacto duradero en las próximas décadas. A su juicio, es esencial adaptar los sistemas ganaderos para reducir los impactos del estrés térmico. Al mismo tiempo, se debe procurar la preservación de los bosques y la restauración de tierras degradadas, lo que podría ayudar a limitar el aumento de la temperatura.