Un hato con praderas establecidas de forma correcta, dividas y con metas establecidas, garantizan un mejor desempeño productivo y una máxima rentabilidad del negocio. La organización de potreros es parte fundamental de la arquitectura de un sistema de producción ganadero, por lo tanto, hay que tener en cuenta cuál es la cantidad de potreros que más conviene para cada caso. (Lea: Rotación de potreros, herramienta para incrementar la producción) Sin embargo, cuando la disposición de potreros es deficiente, el manejo de los pastos también lo es, por lo tanto todo los demás elementos relacionados al sistema de producción se afectan de manera negativa. Es decir, la pastura pierde vigor y en el mediano plazo desaparece, el suelo se degrada por efecto de la compactación y el deterioro del pastizal; finalmente son los animales los que sufren las consecuencias. En los sistemas de producción tradicional hay pocos potreros y en su lugar lo que se maneja son largos tiempo de ocupación, eso significa que los semovientes permanecen en un mismo lugar varios días, y por lo tanto no hay chance de recuperación, ni para el suelo ni para el pasto. Por esa razón la capacidad de producción de biomasa se afecta de manera severa y permanente, es ahí cuando el ganadero se ve en la obligación de compensar ese déficit de alimentación con suplementos que en la mayoría de los casos debe comprarlos incurriendo en un costo mayor que no es compensado con los ingresos obtenidos por la producción. (Lea: Potreros con sombras ayudan a la ganancia de peso del bovino) José Luis García, ingeniero en Gerencia Agropecuaria e integrante de Cultura Empresarial Ganadera, indicó que los 2 errores más comunes en cuanto al pastoreo se refiere son: hacerlo fuera de tiempo y tener una baja carga animal por hectárea. En el primer caso, es una consecuencia del mal manejo de las pasturas y que en la mayoría de los casos sucede justo cuando las pasturas son recogidas antes o después del momento adecuado, eso ocasiona que el animal ingiera un producto sin los valores nutricionales esperados. Eso significa que si no hay sostenibilidad productiva tampoco puede haberla en materia financiera. “La baja carga animal implica más superficie de tierra para uso ganadero en consecuencia el costo de mantenimiento es superior a lo que se obtiene de producción, y esto claramente va a producir un saldo rojo en la economía de la empresa ganadera”, argumentó. (Lea: División de potreros garantiza más calidad y cantidad de forrajes) El experto añadió y aseveró que es fundamental el papel natural que cumplen los animales a la hora de abonar la tierra con sus residuos, pues eso ayuda a obtener unos pastos vigorosos y abundantes. No obstante, en la medida que la carga animal sea baja, el suelo no estará correctamente fertilizado y eso deriva gastos adicionales. A la inversión se le deben agregar insumos tales como enmiendas minerales, fertilizantes químicos, herbicidas y resiembra de semillas que no van a solucionar el problema de raíz porque no es el suelo el que está mal, sino el manejo del ganado que pastorea sobre ese suelo, y por tanto habrá sendos incrementos en los costos de producción. “Si su principal problema es que el pasto de sus tierras no está siendo suficiente para que su ganado llene sus requerimientos nutricionales y le dé su mejor producción, se debe a que no tiene una organización correcta de sus potreros y un óptimo manejo de sus praderas. Ese inconveniente no se resolverá sembrando nuevas semillas, sino haciendo un manejo correcto”, remató. (Lea: Todo lo que debe saber sobre el aforo de pasturas) Tener presentes esos 2 aspectos garantizará un mejor manejo, menos gastos y una rentabilidad más alta.