En los primeros días del año el país ha registrado 3 movimientos telúricos, los cuales tuvieron su epicentro en Chocó y Cauca. Este tipo de fenómenos naturales afecta de forma negativa a las reses, estresándolas y limitando su producción.

Los primeros días del año comenzaron 'movidos' en Colombia. Transcurridos apenas 9 días de 2014, 3 temblores han sacudido a cientos de colombianos del centro y occidente del país, que por fortuna no han dejado víctimas fatales ni daños materiales para lamentar. (Lea: Pérdidas gestacionales, un asunto de cuidado)

Los epicentros de los 3 temblores fueron Sipí en Chochó y Toribío y Páez en Cauca, estos últimos de una mayor intensidad y llegando a ser sentidos en Antioquia, Risaralda, Tolima, Valle del Cauca, Caldas, Quindío y en Bogotá, la capital del país.

Ezequiel Vitonás, alcalde de Toribío, dijo que aunque la comunidad no reportó daños por los temblores, cerca del resguardo de Tacueyó, en el Cauca, se han reportado deslizamientos de tierra en algunas las vías. (Lea: Bienestar animal, una práctica a la que le apuesta el país)

Los sismos y sus efectos en el ganado

Fuentes consultadas por este diario confirmaron que esta clase de movimientos sismográficos tienen un efecto negativo sobre el ganado, ya que como consecuencia del susto sufren de estrés ocasionando una disminución en la producción; esto sin contar posibles accidentes al interior del hato.

Según expresó Esperanza Polanía, MVZ, especialista en Epidemiología y coordinadora de Seguimiento Epidemiológico de Fedegán-FNG, los sismos ocasionan temor en los rumiantes, generando una disminución en la leche que producen normalmente.

“Dependiendo de la fuerza del movimiento telúrico, es mayor o menor el estrés que sufren los animales y ahí se generan pérdidas. Esto ocurre principalmente en el ganado lechero”, sostuvo Polanía. (Galería: Bienestar animal, práctica clave para mejorar la producción)

Por su parte, Nelson Calambas, profesional del Comité de Ganaderos del Cauca, afirmó que además de estas disminuciones en los litros de leche, el susto provocado causa accidentes en los hatos, sobre todo aquellos que están bajo el modelo de estabulación.

“Estos sistemas como casi todos están electrificados y afectan a las reses que están allí. Además, por el mismo miedo los animales más grandes pasan por encima de los pequeños, golpeándolos, pero son reacciones normales”, remató Calmabas. (Lea: Bienestar animal, clave para lograr rentabilidad en la ganadería)

Desde ya las autoridades del país hacen un llamado a la población en general para que tome la medidas pertinentes y evitar daños mayores ante una eventual repetición del fenómeno.