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Foto: Fedegán

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Los requerimientos de macrominerales para el ganado bovino

por: - 31 de Diciembre 1969

Conozca a profundidad cuáles son los aportes de los minerales en la alimentación de sus vacas, cómo puede suministrarlos y qué sucede cuando hay deficiencias. A continuación, ofrecemos una lista exhaustiva de los principales nutrientes, específicamente los macrominerales.

Conozca a profundidad cuáles son los aportes de los minerales en la alimentación de sus vacas, cómo puede suministrarlos y qué sucede cuando hay deficiencias. A continuación, ofrecemos una lista exhaustiva de los principales nutrientes, específicamente los macrominerales.   Es importante que los ganaderos aprendan sobre los requerimientos básicos de nutrientes en su ganado y cuánto aportan los alimentos que sus animales consumen, pues cuando hay deficiencias o excesos pueden generar graves problemas que son difíciles de detectar a simple vista.   Los minerales se dividen en macro y micro, de acuerdo a sus concentraciones en el organismo. Los macrominerales son 7: calcio (Ca), fósforo (P), magnesio (Mg), sodio (Na), cloro (CI), potasio (K) y azufre (S).  (Lea: Los múltiples beneficios de las sales minerales en el ganado bovino)   En la Revista Colombiana de Ciencia Animal, el Dr. René Patiño y José Filho Da Silva, y el estudiante de Zootecnia Jorge Pérez escribieron un artículo títulado “Modelos de predicción de exigencias minerales para rumiantes”, donde detallaron cuáles serían los requerimientos aproximados para cada animal.   CONtexto ganadero se apoya en estos datos, así como los datos de otros estudios de cuánto necesitan los bovinos para cada uno de los 7 macrominerales:   Calcio   El calcio es un elemento multifuncional, debido a que contribuye a una normal coagulación de la sangre, la reacción rítmica del corazón, mantener la excitabilidad neuromuscular, formar los huesos, desarrollar los dientes y producir leche, entre otros.   Los trastornos relacionados con la deficiencia de calcio son comunes en el periparto, afectando la función ovárica. Incluyen la disminución del ritmo de crecimiento en la recría y engorde, retención de placenta, distocias y reducción en la producción de leche.   Los requerimientos pueden variar, pero el ingeniero Edwin Orozco Barrantes del INTA sostuvo en su trabajo “Bancos forrajeros”, que para una vaca doble propósito de 400 kg se necesitan 20 g por día, mientras que para un torete de 300 kg son 21 g/día en promedio.   Fósforo   Además de su rol vital en el desarrollo y mantenimiento del tejido esquelético, el fósforo (P) tiene también una función especial en el crecimiento celular y juega un papel clave en muchas otras funciones metabólicas. También está implicado en el control del apetito y la eficiencia en el uso de los alimentos.   En los rumiantes, interviene en la transferencia de energía, en el transporte y metabolismo de los ácidos grasos, en formación de proteínas, en el crecimiento. Es necesario para el funcionamiento de la flora microbiana del rumen.   La deficiencia de este mineral ha sido asociado más comúnmente con disminución en el desempeño reproductivo de las vacas y la disminución en la producción láctea, así como también influye en el comportamiento sexual, como en la aparición del celo.   En el ejemplo del ingeniero Orozco Barrantes del INTA, una vaca doble propósito de 400 kg podría requerir 16 g/día de fósforo, y un torete cebuino de 300 kg, serían 12 g/día. La relación de Ca:P no debería sobrepasar 2:1. (Lea: Por qué mantener el balance de minerales en los bovinos)   Sodio   La deficiencia de sodio (Na) se evidencia en vacas en lactancia, y algunas veces en vacunos de crecimiento acelerado. Los síntomas van desde la rápida pérdida de peso vivo y disminución de la producción de leche, así como un apetito inusual por la sal, ojos sin brillo o pelaje áspero.   Una vaca de cría con alrededor de 400 kg de peso vivo, necesita consumir 1.1 kg de Na desde la parición al destete, lo que equivale a 5.5 g/día. Descontando el que pueda aportar el agua al beberla, los valores que se encuentran en los pastos son bajos, por lo cual es necesario suplementar.   Potasio   Junto con el sodio, están relacionados con la reproducción en animales. En cuanto al potasio (K), es bien sabido que su deficiencia causa debilidad muscular y afecta la musculatura del tracto genital de la hembra causando deterioro en el proceso reproductivo normal.   Como en todos los casos, los requerimientos varían de acuerdo a la clase del animal. El ganado en ceba o para cría requiere alrededor de 0,6 % de K en su dieta, mientras que las vacas lecheras necesitan de 1,2 % a 1,5 % dependiendo de su estado (si están en celo, se debe aumentar la cantidad).   Magnesio   El magnesio (Mg) es necesario para el desarrollo normal del esqueleto, como constituyente del hueso. También es importante para el aprovechamiento de la energía, pues interviene en el metabolismo de lípidos y carbohidratos activando algunas enzimas como los fosfatos orgánicos.   Generalmente no tiene un impacto directo en el estado reproductivo de los animales, pues permanece en el organismo en relación con el calcio. No obstante, cualquier alteración en la homeostasis de Ca-P-Mg, puede sin embargo influir causando pérdida de apetito. También causa uno de los trastornos más graves: tetania hipomagnesémica o síndrome de vaca caída.   El requerimiento de Mg para ganado de carne en pastoreo es: desarrollo 0.1 %, gestación 0.12 %, lactancia 0.2 % del total de la materia seca ingerida (MS), mientras que para ganado lechero; de 0.2 a 0.3 % MS. (Lea: Hipomagnesemia, enfermedad bovina con altos episodios de mortandad)   Sin embargo, inciden otros factores como la raza, el peso corporal, la edad y su productividad, el estado de la gestación o la lactancia, la cantidad de proteína en la dieta y su pH, del contenido de K, Ca, P y Zinc en la ración, y de la cantidad de trabajo físico que realiza el animal.   Cloro   El cloro (Cl) se estudia en conjunto con el sodio y el potasio por realizar funciones semejantes y simultáneas. Este macromineral interviene el equilibrio ácido-base, mantiene la presión osmótica y es un componente del equilibrio cloruro bicarbonato.   Cuando hay deficiencia, se produce una disminución del apetito, pérdida de peso y baja producción de leche. De acuerdo con Patiño y otros, los bovinos requieren 2.25 g de Cl absorbido por cada 100 kg de peso vivo en su mantenimiento. Cuando están en crecimiento o en gestación, este valor es de 1 g por cada kg de ganancia de peso vivo, y en lactancia es de 1.15 g.   Azufre   En los bovinos, este mineral se encuentra en proporción del 0.25 % y se localiza en tejidos de protección como la piel, el pelo y los cuernos. Los requerimientos mínimos están entre el 0.1 y 0.3 % de la dieta, pues si se hace en dosis excesivas superiores puede provocar deshidratación y gastroenteritis.   Lo pueden recibir el elemento cuando consumen flor de azufre, que también se encuentra en sales mineralizadas. Un bovino de 300 kg que consume el 2.2 % de su peso en materia seca y teniendo en cuenta que el contenido de pasto tropical es de 0.11, necesitaría consumir 7 g de flor de azufre al día.   La suplementación debe hacerse gradual, pues al comienzo de la ingestión, los rumiantes pueden presentar diarreas que irán disminuyendo a medida que se acotumbran a la suplementación. (Lea: Suministrar azufre aumenta producción de carne y controla garrapatas)   Si desea consultar el trabajo de Patiño y otros, haga clic en el siguiente enlace.