El secado de la vaca es importante porque un problema aquí puede terminar en una mastitis y mayores costos para el ganadero.

Se tienen procesos de secado: bruscos y graduales. Si se hacen secados ideales, a un buen tiempo como serían las siete semanas de gestación no se van a tener problemas de mastitis a un futuro posparto.

Cuando los ganaderos o los operarios son ordenados, llevando registros de las fechas de preñez están al tanto de que a los 70 días antes del parto el animal debe entrar en periodo de secado gradual el cual se realiza reduciendo el ordeño del animal a una sola vez por día, posteriormente cada tres días y luego una vez cada cinco días.

Con estos intervalos de tiempo, el animal se va acostumbrando progresivamente a que debe ir frenando su producción de leche. (Lea: ¿Sabe cuáles son los riesgos de la mastitis en el periodo de secado y posparto?)

Sin embargo, los secados bruscos se dan cuando en las fincas no se tiene un registro exacto de la fecha de servicio o concepción del animal. Faltando unas semanas para el parto generalmente se realiza un chequeo reproductivo para mirar cómo viene el feto, en qué posición y más o menos en qué semana de gestación se encuentra la vaca.

Cuando los animales están llegando a los ocho o nueve meses de gestación hay que hacer un secado brusco que generalmente se hace con antibióticos de acción lenta o prolongada, aplicándolos por el pezón, según explicó el MVZ, Juan Camilo Prieto.

Lo que hacen estos medicamentos dentro del organismo es inhibir la producción de leche de la glándula mamaria obligándola a descansar durante los días que faltan para que la vaca dé a luz.

Es como un freno automático para el tema fisiológico del animal. Dependiendo como se sequen los animales, así mismo va a ser el porcentaje que se presenten mastitis.

En cualquiera de los secados a realizar lo que se busca es que la ubre se recupere y que el animal se relaje durante este tiempo para evitar que el feto se vea afectado por altos niveles de estrés transmitidos por la madre.

Cuando no se hace un buen secado se puede tener una producción muy variable. Por ejemplo, si una novilla en su primera lactancia da 17 litros de leche al día, para el segundo parto el productor espera que logre producir alrededor de 23 litros pero si no se cumple con el tiempo de descanso indicado para la etapa de secado, dicho aumento no se verá reflejado en la segunda lactancia y producirá lo mismo o incluso menos que en la primera. (Lea: ¿Conoce usted cómo es el proceso del periodo de secado de la ubre?)

También la calidad del calostro puede disminuir porque en esos dos meses el animal va a aumentar su metabolismo, sus recargas energéticas para darle unos buenos niveles de calostro al ternero.

En el escenario de un mal secado en la vaca, el calostro proveniente de este animal presentará bajos niveles en la concentración de inmunoglobulinas que son las encargadas de construir el sistema inmune en la cría. Los animales pueden provenir de un buen potencial genético, bien alimentados y hasta con una buena composición corporal pero si no se hace bien este procedimiento serán vacas con problemas productivos y de salubridad a corto y largo plazo.

Durante el secado se deben reforzar los niveles de proteína en la dieta de las vacas.

Cabe recordar que el secado es una de las etapas más importantes para la lactancia de una vaca permitiendo que la ubre se reponga y se regenere para estar nuevamente en las mejores condiciones para producir buena cantidad y calidad de leche después del parto.

Este periodo empieza en los dos últimos meses de gestación y va hasta que el animal dé a luz.