Cuando el Fondo Nacional del Ganado era operado por Fedegán, se puso en marcha el Programa de Alimentación Bovina, PAB, cuyo objeto era el de poner a disposición de los ganaderos del país tecnologías que atiendan todos estos requerimientos para producir en forma más eficiente carne y leche. La Cartilla “El ganado paga pero bien alimentado” trae una serie de elementos que siguen siendo válidos para hacer de la ganadería una actividad productiva uy rentable. Aquí recogemos los principios que se deben tener en cuenta al alimentar el ganado. Principio uno: Los bovinos durante los primeros 2-3 meses de vida son monogástricos, es decir, sólo tienen en funcionamiento un estómago. A partir de esta edad ya pueden utilizar los 4 estómagos y se convierten en rumiantes. Esta condición de rumiantes es la que permite que se alimenten a base de pasto, que es el alimento menos costoso en cualquier finca. Por lo anterior, hay que garantizar el suministro adecuado de calostro en las primeras 12 horas de vida, y leche durante los primeros meses del ternero, además de ofrecer alimentos fibrosos en esta etapa, para que se desarrolle adecuadamente el rumen. Principio dos: Colombia está ubicada en la Zona Tropical de la Tierra, una franja arriba y abajo de la línea ecuatorial que divide en dos al planeta. Gracias a esta ubicación, nuestras fincas disponen de energía solar permanente para producir pasto todo el año. Esta energía es la más barata que hay disponible y se requiere aprovechar al máximo con sistemas de pastoreo rotacional, para que los pastos la utilicen adecuadamente en el proceso de producir la mayor cantidad de comida de buena calidad. Principio tres: Todos los bovinos regulan de forma natural sus funciones básicas dependiendo del nivel de alimentación que reciban, en esta forma, si se les ofrece una alimentación balanceada, además de mantenerse vivos, producen (carne o leche) y se reproducen; si comienzan a tener restricciones, no se reproducen y entonces, los toros no montan ni las vacas entran en calor. Cuando no es suficiente ni la calidad es adecuada, además de no reproducirse, bajan la producción y, finalmente, si la restricción es muy fuerte, los animales no pueden sobrevivir. Principio cuatro: Como todo ser vivo, los animales necesitan una dieta que incluya proteína, energía, vitaminas, minerales y agua. Para animales con una producción media de carne y leche, la proteína, la energía y buena parte de los minerales los puede suministrar un pasto de buena calidad; en este caso sólo se requiere suplementar los minerales que falten y el agua. Cuando se tienen animales de producciones al- tas de carne o leche por día, es necesario agregar a lo anterior alimentos que tengan altos contenidos de proteína y energía, como tortas, harinas y concentrados. Principio cinco: Por nuestra condición de país tropical y dada la distribución de lluvias, cerca del 70% (dos terceras partes) del total de pasto del año se produce en la época de invierno; en verano sólo se obtiene el 30% (una tercera parte). Por lo anterior, hay que aprovechar al máximo toda la comida que hay disponible en invierno y, si el ganado no la alcanza a consumir directamente, se debe conservar el pasto sobrante para darlo en el verano. Principio seis: Sólo hay que tener en la finca el ganado que se pueda alimentar adecuadamente. Por esta razón todo ganadero debe planear con anticipación la alimentación de sus animales. Por ejemplo, los excedentes de comida que se producen entre junio y noviembre pueden conservarse (mediante ensilaje, henificación o henolaje, etc.) para suministrarlos entre diciembre y marzo, cuando hay déficit. Principio siete: Alimente los animales con base en la misma dieta; evite al máximo cambios bruscos o frecuentes en el tipo de pasto o de suplemento que se suministre. Fuente: “El ganado paga pero bien Alimentado”, Carlos Germán Osorio Neira, MV, Héctor José Anzola Vásquez, MVZ, PhD., Juan Rafael Restrepo Vélez, MV., FNG, Fedegán, Junio 2011.