Conozca cómo actúan los diversos granos procesados en el rumen de los vacunos cuando son digeridos, así como en el aporte nutricional que ofrecen a su organismo, con el fin de aprender cuál sería el alimento más apropiado de acuerdo a los requerimientos del animal.
Los granos responden de manera diferente a los métodos de procesamiento. En tanto que el trigo y la cebada se benefician poco, el maíz y el sorgo requieren de mayor tratamiento, debido a que la tasa de degradación del almidón es más rápida en los primeros.
Esto se debe a las diferencias de la matriz proteica que envuelve los gránulos del almidón y que es un factor importante en la tasa de digestión, así como la estructura del almidón. (Lea: Los 5 métodos de procesamiento de granos para elaborar alimento bovino)
Los expertos Luis Corona Gochi y Germán Mendoza citaron un estudio que resume el efecto de los principales métodos de procesamiento de diferentes granos en el sitio y grado de digestión en ganado de engorda, notando que los factores físicos y químicos pueden limitar la digestión.
Por ejemplo, el maíz tiene una desaparición ruminal más alta cuando es alto en humedad (91 %) y es superior en el tracto total (99,2 %) pero es más baja cuando está rolado en seco en el intestino delgado (49,8 %) y cuando es entero (83,6 % en el tracto total).
En cambio, el sorgo alcanza un porcentaje de desaparición total de hasta 98,8 % con el método de hojueleado al vapor, mientras que la desaparición ruminal es más baja con el rolado en seco 66,8 %. (Lea: Concentrados para ganado subirán, pero no solo por el alza del dólar)
Efectos similares al sorgo se obtienen con las hojuelas de trigo, y ambos cereales alcanzan una notable degradación en el tracto cuando se realiza el rolado en seco (superior al 96 %). Así pues, esto demuestra que el almidón del sorgo es el de menor digestibilidad, pero con el procesamiento se obtienen varios efectos benéficos.
Los expertos también explicaron que los componentes que limitan la digestión pueden ser alterados por factores genéticos o ambientales que alteren las características inherentes del grano. (Lea: Las diferentes alternativas para ofrecer granos secos o húmedos en ganadería)
Durante el rolado y el molido se rompe la cáscara de la semilla de sorgo y se incrementa la superficie del área de digestión, con lo cual aumenta la tasa de digestión del almidón, mejorando el valor energético del grano. Experimentos mostraron que el molido fino resulta en una mejora de 5% comparado con el molido grueso.
De otro lado, el tratamiento con vapor muestra resultados extremadamente variables, pero en general, este método gelatiniza el almidón lo cual da lugar a un grano de mayor digestibilidad y mayor contenido energético.