Los médicos veterinarios Dildo Márquez, de la Universidad Nacional, y Álvaro Suárez, de la Universidad de Tolima, elaboraron un documento para detallar cómo los taninos condensados (TC) inciden en los procesos de los rumiantes. Los taninos son compuestos sintetizados naturalmente por algunas plantas y se encuentran de forma natural en la gran mayoría. Forman parte de distintos forrajes y concentrados como henos de leguminosas, granos, hojas y frutos, entre otros. En los procesos de digestión, los TC tienen la capacidad para unirse a diferentes moléculas, como celulosa, enzimas digestivas, proteínas, minerales, carbohidratos, polisacáridos y membranas de bacterias y hongos. (Lea: Los taninos en la alimentación de bovinos aumentan la productividad) Los investigadores señalaron que los taninos pueden tener efectos positivos o negativos sobre el valor nutritivo de los forrajes según la concentración. Por ejemplo, si es alta, de 6 a 10% de la MS, deprime el consumo voluntario y la palatabilidad de las especies forrajeras, así como reducen la digestibilidad de MS, fibra, proteína y carbohidratos. En cambio, en moderada y baja concentración (2-4 % de la MS), su efecto es beneficioso; previenen infecciones y aumentan la distribución de nitrógeno no amónico y de los aminoácidos esenciales desde el rumen. En cuanto a los procesos digestivos, los 2 médicos veterinarios revelaron que no hay consenso entre los investigadores sobre los principales efectos en digestión de rumiantes, especialmente los ovinos. (Lea: Esta sería la forma correcta de suministrar ionóforos al ganado) Se puede notar la influencia en procesos como salivación, pues los taninos se unen con la saliva y la proteína de las plantas en el momento de la masticación, contribuyendo a la formación del bolo alimenticio y a la lubricación del mismo, lo cual facilita la ingestión. De igual manera, los TC afectan la tasa de fermentación en el rumen por la acción que ejercen sobre bacterias y proteínas. Según Márquez y Suárez, la presencia de TC en la dieta genera una proporción de proteína pasante, que no está sujeta a degradación en el rumen pero sí a la hidrólisis enzimática en el abomaso, para luego ser absorbida en el intestino delgado. Además, anotaron que es probable que las interacciones de los taninos con las bacterias y enzimas producidas por estas inhiban el transporte de nutrientes en la célula y retarden, por lo tanto, el crecimiento de las bacterias. Finalmente, los TC pueden tener incidencia en la absorción intestinal, pues incrementan el paso de la proteína de las plantas al intestino, reduciendo la absorción neta de amoniaco en el rumen. (Lea: ¿Cómo funcionan los aminoácidos en la suplementación de los rumiantes?) Aun así, los veterinarios indicaron que este impacto no es tan claro en rumiantes salvo que estos son menos sensibles a sus efectos que los monogástricos. Aunque los TC puedan ser “un arma de doble filo”, como ellos mismos lo dijeron, es igualmente cierto que la respuesta en rumiantes varía de acuerdo a su estado fisiológico o productivo, la calidad de la dieta y la astringencia de los TC.