El consumo de desechos metálicos en las fincas por parte de los bovinos es más común de lo que se piensa, lo cual genera consecuencias tanto para su salud como bienestar. Infórmese sobre los riesgos y forma de prevenirlo.
Así el productor no lo quiera, la ingestión de cuerpos extraños como el metal, que se encuentran accidentalmente mezclados con algunos alimentos, supone un peligro real para el ganado. El Portal Veterinaria menciona que Robin des Bois, experto en el tema señala que estos cuerpos extraños pueden provocar daños en los órganos internos, llegando a tener consecuencias fatales como la muerte de los bovinos.
Hasta el momento, pocos conocen la magnitud de este fenómeno, por lo que la ANSES de Francia recomienda que se haga uso de medidas preventivas para limitar el riesgo de ingestión de fragmentos metálicos por las vacas, por lo que la administración de imanes es un medio para evitar lesiones.
De acuerdo a los datos recopilados en 10 millones de cabeza de ganado conseguidos por ANSES, se logró encontrar o estimar que al menos entre el 7 y 20 % de los bovinos que van a ser faenados, son afectados por la ingestión de un cuerpo extraño metálico en Francia.
Esto significa, que un gran porcentaje de ganados vacunos tienen la posibilidad de sufrir algún dolor grave, así como lesiones irreparables dentro de su estomago, que es donde se sitúan estos desechos metálicos. (Lea: Expertos: En el estómago bovino puede estar la clave de la descomposición de plásticos)
En el medio mencionado, los expertos aseguran que las lesiones asociadas provocan la muerte aproximadamente de 29.000 bovinos al año en las fincas, sin una posible recuperación, lo que ocasiona perdidas innumerables para los productores.
La mayoría de estos desechos que se ubican en el vientre de los bovinos son alambres y en una menor medida hasta clavos, así como pequeñas porciones de latas.
En este orden de ideas, el primer paso para prevenir el daño por ingestión de cuerpos metálicos es actuar en la fuente. Los profesionales han recomendado medidas para evitar la presencia de piezas de metal en el entorno de las vacas.
Además, es importante que se haga una observación y posterior caminata de los lugares donde frecuentan los animales, de tal forma que se pueda recoger las piezas de metal que se quedan en el olvido o que son producto de la misma contaminación del ambiente. (Lea: Los principales agentes contaminantes del aire)
Para combatir la aparición de lesiones graves, los expertos comentan en el portal que los ganaderos suelen utilizar imanes de unos centímetros que se colocan en el estomago de la vaca vía oral, de tal forma que, al atraer y atrapar los desechos metálicos, se evite que cause daño al desplazarse a órganos frágiles como el corazón o el diafragma.
Este es un mecanismo muy eficaz, pues estudios realizados en fincas lecheras en Quebec han demostrado que los animales equipados con un imán tienen la mitad de riesgo de ser diagnosticados con una patología relacionada con la presencia de cuerpos extraños que sus contrapartes que no tienen esta herramienta.
Hay que destacar que la aplicación del imán presenta un riesgo extremadamente bajo para el bienestar del animal, pues así este se diluya, el contenido de sus elementos no plantea un problema para la salud de los bovinos o de los humanos que consumen sus productos.
Finalmente, los expertos recomiendan hacer uso de un imán en cuanto se logre percibir los síntomas, de tal forma que se pueda evitar el desarrollo de trastornos graves por la ingestión de desechos metálicos.