Gracias a su adaptabilidad a los cambios climáticos y a la palatabilidad en los semovientes, este forraje viene ganado terreno en las explotaciones del país. El millo criollo es un pasto tropical que se desarrolla favorablemente en una amplia variación de suelos, desde los arenosos hasta los arcillosos, alcanzando la mejor producción en los suelos llanos. Esta propiedad, vinculada a la facilidad de su siembra, el corto período de desarrollo vegetativo que posee, su alto rendimiento por hectárea y el relativamente bajo costo de producción, hacen que este forraje haya tomado fuerza en las regiones ganaderas de Colombia. (Lea: No solo de pasto vive el ganado, tenga en cuenta otras opciones) De acuerdo con José Ricardo Bedoya Motezuna, profesional en Gestión de Proyectos Estratégicos de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, y el Fondo Nacional del Ganado, FNG, la popularidad del millo forrajero y sus excelentes resultados en la alimentación de los semovientes han hecho que esta planta despierte un mayor interés entre los productores. “Al otorgar estos resultados benéficos en la producción de carne y sobre todo leche, los ganaderos se han volcado a sembrar millo criollo en sus predios. Además de esto, este pasto es tolerable a la sequía, cosa que ayuda ostensiblemente en épocas de verano, como la que se vivió en la región este año”, añadió Bedoya Motezuna. (Lea: Planee la alimentación del ganado para todo el año) Por su parte, Claudia María Vitola Otálora, gestor de Información de Fedegán-FNG, aseveró que otra de las ventajas que se tiene en una explotación bovina al usar este forraje, como alimento, es la palatabilidad. “Al tener mayor aceptación por el animal el consumo del pasto será mayor, lo que se verá directamente reflejado en la producción de leche y carne”, apuntó Vitola Otálora. (Lea: Oxigenar el suelo mejora la calidad del pasto que se da al ganado) De acuerdo con datos otorgados por la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, los contenidos de materia seca del millo son del 25,8 % y 26,6 %, la proteína total oscila entre el 8,4 % y 9,7 % y la fibra detergente ácida está entre el 53,06 % y 41,15 %.